"El pensamiento claro no nos basta, nos da un mundo usado hasta el agotamiento. Lo que es claro es lo que nos es inmediatamente accesible, pero lo inmediatamente accesible es la simple apariencia de la vida." antonin artaud.

viernes, 20 de enero de 2012

liliana díaz mindurry y su poesía



El guitarrista ciego de Pablo Picasso

Se nos habló del ojo como del único sentido para construir el sentido,
las líneas de significaciones.
Algún francés nos habló de la evidencia.

Un español hizo del ojo el único sentido para construir el sentido,
sin buscar claves ni líneas de significaciones evidentes,
juntó casi burlándose
la ceguera y la música
como si la música fuera una cuerda rota,
como si la música fuera por fin
un dejar de ver las formas del mundo,
como si nada,
no quería entregar ninguna llave:
una simple música en un azul de ojos cerrados.

(Y por favor,
que no se espere nada de los colores de una tela
ni aunque sea azul y un joven Picasso haya inventado a un guitarrista ciego).


Como si no sucediera nada hay quien la mira en un azul de ojos cerrados,
como si la ceguera fuera una cuerda rota,
un viejo que toca una guitarra ciega en un vacío.

O sólo eso: nada,
una música que como la muerte,
cierra los ojos.

* * *

Parece que hay dos,
una pareja, dicen,
parece que es un hombre ciego, enfermo y una música ciega, enferma
y parece que es sentarse y llorar la ceguera del hombre, la música que no quiere ver nada,
y no parece pero la música se come al hombre
y el hombre sangra.

Y no parece pero hay una muerte por asomar la cabeza
en alguna parte. Y no parece pero también hay una muerte
ciega
por aplastar a la música,
por aplastar al hombre.
(O la misma música es la muerte).
Y no parece pero es el amor,
o una forma de amor al menos,
una música rota,
la ceguera de dos que no se encuentran nunca.

* * *
Nada de importancia, por supuesto, entonces,
ese hombre ciego puede ser cualquier hombre, de esos que andan en los trenes,
de esos que tienen ojos pero no miran porque alguna música les estalla en las sienes.
Cierta locura.

Cierta locura, dije, cierta locura fría
de mosca que sueña paraísos;
nada de importancia, entonces,
cualquier hombre,
cualquier muerte asomada en una música.

Cualquier forma de no mirar el mundo.
* * *

Es posible que la música
sea una forma ciega de tomar las cosas,
una astilla en el ojo,
la astilla de un ojo que no quiere ver más.


O al menos una forma de guardar la noche,
esa noche donde nada es seguro.

Es posible que la música
sea una forma ciega de verificar las relaciones,
y el ojo abierto,
apenas una trampa desde lo virtual.

Una pequeña bofetada a las ilusiones de este mundo.


Ya se sabe:
la música lo dice:
Estamos hechos para la muerte.

* * *

Si el ciego sabe que la oscuridad es una luz que no espera,
si el ciego sabe que los sonidos son una forma de guardar la extrañeza en el oído,
el ciego sabe
que la música habla de una especie de universo ya extinguido.


Fue cuando los hombres no quisieron ver más la rotación de los días y las noches
y se llagó la piel de la fotografías
y desapareció el tan dulce engaño de las cosas.


El ciego no sabe
que también la música ha dejado de servir
para los ciegos.


Dice la música:
ya no hay nada que hacer.
El peine al peinar arranca pedacitos de cerebro,
hay una araña escondida en los cajones.

(En los cajones aguarda
el temor de los ciegos,
el miedo
de la música).

O es la enorme tristeza.

* * *

Debe haber en el ojo de los ciegos
una sórdida luz de pasillo donde avanzan los bastones blancos,
un pobre pez que se pudre en el agua del mar sin que nadie lo advierta,
una zona sin defensa,
el vientre de las noches sin luna. Se sospecha:
una minuciosidad oscura,
un detalle
que se escapa del cuadro.

Y la música no cura.
Cerrar el ojo e inventar sonidos no inventa
otra luz. Ni siquiera una luz oblicua.

Debe haber un cielo roto de antemano.

* * *

No hay fe.

Ya es tarde para ahuecar aún más el hueco de los ojos
e inventar la música.


Peor aún para juntar
desechos de palabras.

* * *

¿Y si detrás de los ojos
se pudiera
mirar
a la música?

¿Ver el color y la forma del sonido?

* * *

Como si las imágenes fueran otra cosa que el silencio,
como si las imágenes fueran otra cosa que una hierba
para que devore
un ojo
triste.

* * *
Con la mitad del ojo de Picasso
habrá medio ciego azul, media guitarra.

Con la mitad de la música de medio guitarrista ciego
aún es posible abrasarse.

Abrasarse es imaginar algo más que un silencio.
Todavía medio amor
es más fuerte
que cualquier forma
de muerte.


* * *


Tal vez la muerte no sea música
ninguna música,
ni siquiera
una música pintada
o escrita.


Tal vez la muerte sea
un ciego que partió hace mucho de una tela de Picasso
y se le quebró la guitarra
y el azul.


Tal vez Picasso muerto
sea una tela con un guitarrista
que ya no significa;
el azul, el color de una mancha de pintura,
y el ciego,
una teoría sin demostración.

Todo el cuadro:
la irregularidad de un ojo de vidrio que se rompe.
Los pedacitos volando en el espacio,
un vestido de novia comido por hormigas.

Tal vez ese cuadro que alguien mira haya dejado de existir,
porque sólo existía para Picasso.


Es que ese guitarrista de los poemas
ya no es el mismo guitarrista del cuadro.

Es un guitarrista de un azul de palabras
y su ceguera
son unas cuantas letras

para desfigurar el vacío
de la hoja en blanco.
(De Resplandor final, Liliana Díaz Mindurry, Editorial Ruinas Circulares, 2011)
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Sin título

Un mundo de cristales de hielo masticados con furia entre sorbos de whisky,
un cigarrillo y un narcótico,
mientras el rectángulo de la pared se traga las últimas estrellas, y las últimas bestias corren entre luces encendidas,
mientras hay olor a despedida, a cocheras con automóviles dormidos y sin dueño,
olor a ciempiés rubio, a soledad de una pastilla,
para suprimir el universo.

Mientras lo que tiene que pasar, pasa, en el claro del pueblo, en el claro de la ciudad, en el claro del mundo,
mientras el mundo se separa del ojo.

Mientras el pensamiento es un orden que jamás ocurre.
y las playas ladran cada noche,
apenas.

Mientras en los zaguanes los insectos corren veloces debajo de puertas y ventanas.

Mientras alguien pregunta la hora como si fuera posible saber algo.

Mentira.
no es un mundo.

Y aunque parezca suceder
nada sucede.

Las tijeras se comen cada lugar secreto,
cada nombre.
(Inédito, Buenos Aires, 2011)


JUANITO LAGUNA APRENDE A LEER de Antonio Berni

A la memoria de mi primo el doctor Guillermo Díaz Lestrem, víctima de la dictadura

Hay un país simulado
un nombre simulado un tiempo simulado
un viejo país detenido en agujeros negros
el país simulado al fondo
(como un pozo)
oscuro
fabricado en el pozo de los sueños
(ese fondo del fondo)
En un mundo asimétrico lo que está por suceder no termina de suceder porque es posible que no haya suceso
en un mundo asimétrico donde hay carceleros
el carcelero no permite la entrada
aunque dice que la permite y hasta guarda una sonrisa en la pantalla
(Y hay un hombre de negro que mira desde lejos en un hueco del tiempo)
el carcelero dice: el país está cerrado dice: el país es puntual en decir que está cerrado
dice: no
no dice
o está y dice con su presencia
o no está pero es fácil imaginarlo
algo que no termina de suceder

aquí hay marcas y preguntas y zumbidos y ultrajes y perfumes antiguos y hay cosas que llaman el país y el país no se sabe si existe fuera de la palabra fuera del ruido fuera de los signos

fuera del país con pantallas vacías y celulares rotos
fuera del país donde las niñas cibernéticas saltan a la soga
no contestarán las máquinas del sueño
ni los que escriben al departamento de tejido literario
ni los que leen
ni los que escriben a los que leen ni los que leen a los que escriben
y después eso: la repetición de marcas y preguntas y ultrajes y zumbidos y perfumes antiguos y cosas que llaman el país que no se sabe qué es o si existe fuera del movimiento de lengua o de los signos

Un país en blanco y negro donde el futuro parece una mala copia del pasado, un revival extraño
no hay Ley que una estos sangrientos pedazos
un pedazo y otro
sueltos
vacíos
y sin embargo unidos perfectamente en una pantalla
con virtuales páginas de seda
que siguen después de "todavía estamos en la Argentina"
y nunca terminan
hacer entonces como si hubiera mundo
como si el viajero de las sábanas fuera inmortal
como si hubiera un hombre de negro
un resplandor
dentro del pozo de las cosas
como si el pozo de las cosas
no fuera el pozo de las cosas
como si las cosas no fueran un pozo
como si el pozo contuviera cosas
como si hubiera cosas
como si hubiera pozo
como si la palabra por sí misma
diera existencia al pozo de las cosas
a la Ley que ordena las cosas dentro del pozo
o el pozo dentro de las cosas

entonces como si hubiera país
en la noche del país
la Ley abre la boca y dice en la boca de las pantallas
dice
no lo que está bien
sino que está bien lo que ella dice
porque lo que dice está bien porque lo dice
porque el decir es belleza
porque es la posibilidad de seguir viviendo
de llevar el traje de los recuerdos
como si existieran los recuerdos

hace frío aquí
aunque los Poderosos no quieran
hace pánico
el país hace creer que es
hace creer la fe
hace creer que la palabra es
hace creer algo atrás de un ruido
hace creer en un ruido
simula caminos de buena hierba
un país hace creer en un orden
que desgarra la noche

como si hubiera caminos
como si hubiera algo que simulara caminos

y no parece
y hasta se ve la silueta de un carcelero atrás del carcelero
y hasta parece que se inclina y habla
y hasta parece que habla de otros carceleros uno en cada puerta otros carceleros que dicen que no dicen que simulan decir que ni siquiera nombran o que nombran la escritura

para desintegrarla en balbuceos sílabas letras desunidas letras que ya no forman ninguna palabra marcas en el papel rumores en la selva del silencio
y hasta parece que es una infinidad de mundos de simulación de mundos cada uno con una puerta y un carcelero como una infinidad de espejos de simulación de espejos cada uno con una puerta y un carcelero
y en los sueños
hay épica y sufrimiento
hasta que llega dulcemente
la gratuidad
el sinsentido

hasta que algunos borrados se levanten de la inexistencia
son como si no hubieran sido nunca
una brisa olvidada
una brisa entre dos intentos de brisa

hace pánico
digo

pienso en los que borraron en pantallas blancas
la mandíbula que guarda mi lengua

tiembla
se cierra
se cae

hace pobreza
hace dolor aquí adentro de esta pantalla donde vivo
los Poderosos no me guardan del frío ni del miedo
de mala hierba los caminos de la muerte
hasta la tentación de decir injusticia iniquidad
una vez desaparecidos los carceleros
me acuesto
sueño
las posibles palabras que contie¬nen otras puertas posibles
sueño un país
donde la rabia
me devuelva los muertos)

Del libro “Resplandor final”; Ruinas Circulares, 2011)









Liliana Díaz Mindurry nació en Buenos Aires. Obtuvo en narrativa la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores por la novela La resurrección de Zagreus, el Primer Premio Municipal de Buenos Aires en cuentos editados Bienio 90-91 por el libro La estancia del sur, el Primer Premio Municipal de Córdoba por el mismo libro, el Primer Premio Fondo Nacional de las Artes 1993 por la novela Lo extraño, Premio Centro Cultural de México en cuento 1993, Premio El Espectador de Bogotá en cuento 1994, ambos en el concurso Juan Rulfo de París, el 1º Premio Jiménez Campaña de Granada, Premio Fernández Rielo de Madrid. Fue premiada por la Municipalidad de Encina de la Cañada (España) y en la Municipalidad de Puebla (México), obtuvo el Premio Planeta 1998 por la novela Pequeña música nocturna, entre otros premios. Tiene diecisiete libros publicados, entre ellos las novelas La resurrección de Zagreus, A cierta hora, Lo indecible, Summertime, Hace miedo aquí. Algunos de sus libros de cuentos son: Buenos Aires ciudad de la magia y de la muerte, En el fin de las palabras, Retratos de infelices, Ultimo tango en Malos Ayres. En poesía publicó Sinfonía en llamas, Paraíso en tinieblas, Wonderland, Resplandor final: obtuvo el Premio Fondo Nacional de las Artes, el Subsidio de Antorchas, la Faja de Honor de la Sociedad de Escritores, el Primer Premio Embajada de Grecia, el Primer Premio First, etc. Varios de sus poemas fueron publicados en Colombia, Austria y otros países. Su obra fue traducida al alemán y al griego. El cuento Onetti a las seis fue llevado a la escena teatral por Hernán Bustos junto con Un sueño realizado de J C Onetti. Realizó el prefacio a las obras completas de Onetti en la Editorial Galaxia Gutenberg de España y ha escrito numerosos ensayos sobre su obra. Coordina talleres literarios desde 1984.

3 comentarios:

  1. David Antonio Sorbille dijo...
    Los poemas de nuestra admirada Liliana Díaz Mindurry tienen un valor primordial porque le otorga a la Poesía una dimensión renovada y profundamente humana. Los felicito por esta maravillosa publicación.

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  2. Clelia Bercovich

    Lo que puedo decir, en principio, en cuanto a la mención a Artaud es que la ooesía de Liliana, parecería ser predominantemente reflexiva o hasta abstracta, y lo que yo sé, es que la escucho y me pongo a llorar.¿ Será porque lo auténtico , sin maquillaje ni rulo, lo que se dice así puesto como a la distancia, pero con el inefable sostén de la encarnadura, me conmueve, con la conmoción que da la autenticidad y porque cada pincelada de su pluma es pregunta y razón de de pregunta?
    El guitarrista ciego : Es la sensación de estar frente a la imponencia de unas altas cumbres. Una persistente búsqueda de espiritualidad, en un sentido no religioso. Un decir sin dubitaciones, que deja casi sin aliento y que podría contener un secreto sentido que habría que descifrar, o podría ser una sucesión de cajas chinas.
    Sin embargo la autora dice “parece que”o sea deja una cuota de posibilidad para que el lector permanezca activo frente al texto. <No cierra, no declama: abre.
    <El cuestionamiento y la demanda ética cruzan todo el texto, diría que es una constante variable subyacente.
    La profunda piedad de algunas imágenes de la poesía de Liliana tiene su climax, cuando dice “ en la sórdida luz de pasillo donde avanzan los bastones blancos
    un pobre pez que se pudre en el agua del mar sin que nadie lo advierta, una zona sin defensa”
    en los que logra expresar la misma médula de la fragilidad, de la debilidad
    humana de manera magistral.

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  3. muchas gracias a ambos, ciudadano y clelia, por sus comentarios, soy una agradecida de la poesía de liliana aquí en mi blog, y de sus visitas lectoras y amables.

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