"El pensamiento claro no nos basta, nos da un mundo usado hasta el agotamiento. Lo que es claro es lo que nos es inmediatamente accesible, pero lo inmediatamente accesible es la simple apariencia de la vida." antonin artaud.

sábado, 31 de diciembre de 2011

el amigo gerardo lewin




Solenopsis invicta




La hormiga roja aspira a ser
el bicho más malo del planeta.

En los abismos perfecciona
venenos contra el mundo.

Emprende breves,
cruentas campañas de conquista.

Soy su presa, mi voluntad enajenada ¡ay!
por su mejunje inexorable.

Pica.

He de matar personas,
regar rincones con migas de pan negro,
aprender su escritura de detritos.

"Con denodado esfuerzo,
con ímpetu creciente,
sacrificando todo..."

Los poemas que escribe
son casi siempre abandonados,
como piedra menuda,
aquí o allá.

Soy el esclavo de la hormiga roja
y su inaudita ambición literaria.

"por estrechos caminos recorriendo,
- madreselva, rosal, almendro blanco-
por enemigas sendas transitando,
- nogal, ligustro, malvón en flor- "

Poesía fórmica: no es tan terrible,
una vez que le captás la onda.




de Gerardo Lewin, poeta y traductor argentino

texto poético de marcelo carnero





Si hay una presencia magnífica en mi vida, es la de la muerte. Y no digo la muerte como mera imagen simbólica. La muerte como un hongo desplegado en la forma débil del espíritu, de la pulsión de la vida. La he visto de maneras distintas, pero siempre relacionada con eso, con la debilidad del espíritu.
Nosotros no éramos nada, y sin embargo había algo en mí que me llamaba a la vida. Una pulsión tan fuerte, que sólo puedo sentir cuando rezo y de ahí viene también, la terrible fe. Digo terrible, porque creo que mi fe, por momentos me transformó en algo deforme, enfermo. Algo que no logro sacar de mí y que está en cada una de las cosas que hago y que es el miedo. Yo pedía, todas las noches de mi infancia, ser el deseo del amor. Que el amor de alguien se centrara en mí. Y había un volcán, una enorme marea haciendo presión para salir y era la rabia. Yo quería escapar de aquel jardín de homicidios que era mi madre. Que no terminaba de aniquilarnos, pero que ya lo había hecho. La misma persona que nos contaba cómo levantaba peso durante sus embarazos, para perderlos. Esa madre cloaca, llena de algo muerto. Pero si hay algo de lo que estoy seguro no prendió en mí, fue el silencio. Ese silencio que debe guardar la cosa que sobra, lo que no debe estar ni siquiera en su lugar. Y también pienso que los gritos y forcejeos de las noches de los martes y los viernes, durante varias semanas, las pesadillas que mi hermana tenía esos días, irremediablemente a las doce de la noche, eran un exorcismo concreto, una revelación contra todo aquel mal y aquel silencio que mi madre y el resto del
mundo quería inocularnos. Y digo que parecíamos posesos, tratando de sostenernos en la fragilidad de aquel aire, y que más éramos pétalos quebrados, cayendo de la furia de mi madre, de esa furia pasiva, sistemática, silenciosa. Y en lugar de un corazón, en la zona donde la herida, el territorio quemado, se hacía per­durable, alguien hubiera depositado en mí, como un reloj, como una bomba de tiempo, la esperanza.

alejandra mendez escribe y llama a la puerta




El poema debe dejarse morder/ por un hombre casi
como en el silencio.

El afilado cuchillo de la escarcha/ llama a la puerta elegida/
entonces: el sentido (sin) de las cosas/ llanas hablan
por su cuenta sin decir/ nada de la plegaria que atardece
con la sangre.
Penetrarán la noche/ el frío/ en (ti) nieblas.

De allí el vacío y la letra con la daga.
Es como la madera misma del ataúd, que los otros soñaron.
Para uno.
Las cuatro esquinas de la cruz/ que cargaremos en gozo/
por la calle incorporal.
Se termina/ la última palabra/ del último verso/ de la última estrofa.
Todos los días, es el fin del mundo.


Escribirte

No
tu nombre y tu rostro
no pueden ser en vano.

Nada
del mundo entregado
nada porque sí.

Todo
te nombra y desmiente
todo lo nombrado.

Si
escribirte pudieras
si tan solo pudieras.

Centelleaban
Centelleaban al fondo
la ilusión y el olvido
en la nube de mi mente
mi memoria.
En torno a un sueño
giraba a veces mi mano
y en la mansa luz
la palabra.
Del hondo follaje
que al río ha caído
en la nube de mi mente
mi memoria.




EN MÉXICO




I

Berbecha rusquita
misa a dos voces
el perdón te acecha
rusquita te acecha
el lunatopo merengón
runfala el halago
tima en el alma
misa en el cuerpo
te prueban alas.

II

Salsa corazón
corre en mis venas
salsita razón
arde en Tasco
que me voy
sabañón herido
salsa corazón
sin los brazos.






Daniel Battilana México 1997 (Vulnerario)
poeta argentino

historias en la poesía de graciela cros




Diálogo con el celta

Oficio


De su padre había aprendido

A distinguir el fuego y la ceniza



De mí

No sé qué

Aprendía



Yo escribía versos

Azar que a algunos pocos

Convierte en poetas



Él me animaba indulgente, afable:



A escribir, a escribir, eso me gusta.





de “Diálogo con el Celta”, en Urca, 1999



UN MAIL



Recién comí

dos empanadas de roquefort

y dos de pollo

que me alegraron

el cerebro,

cuenta Mansilla en un mail.



Dice que va

a inaugurar una biblioteca

en Las Lajas

acompañado de motoqueros

y paracaidistas,

cosas de la Patagonia, agrega.



Yo me acuerdo de Osvaldo Soriano

y le digo eso,

que parece una escena

de alguna

de sus novelas.



Tener amigos poetas

salva el día.



**






A LA NOCHECITA



A la nochecita me pongo a cocinar una feijoada

para Mansilla que viene del desierto

buscando un porqué.

Alguien le dijo que la sé hacer.

Que aprendí en Itabira do Mato, Minas Gerais,

la ciudad donde nació Carlos Drummond de Andrade

y adonde todos saben nunca fui

pero sueño ir.



Con jugo de maracujá, leche condensada

y vodka

hice una jarra de capeta bahiana,

bebida del demonio,

y por si hace falta pasar a la caipirinha

dejé a mano una cachaça envelhecida

del valle de Paraiba que promete.



Un rato antes piqué unos ajos barrigones

en la tabla y un par de cebollas.

Lloré un poco aprovechando la ocasión.

Me sentí feliz de estar tan triste.



El cuchillo no tenía filo y lo pasé por la piedra

como si supiera.

Hice igual con la feijoada:

anoche dejé los porotos negros en remojo,

la carne temperada con diversos aromas,

y ahora

mientras pongo el arroz,

espero a la visita,

confío en la inspiración.

**




TEMPORADA DE PÉRDIDAS




El jardinero me avisa que

en la canilla del jardín

hay una rotura

y corre un chorro de agua desde hace días,

que a fin de mes

me va a llegar una factura de locos.

Le agradezco y le cuento que también

pierde

el depósito del baño

y que el tanque intermediario no funciona

y hay un goteo continuo en la conexión,

que, sin duda, cuando vean el medidor

los de la junta vecinal que provee el agua

me van a arrancar la cabeza.

Por mantener la conversación

en un estado cordial

le digo sin pensar:

es mi temporada de pérdidas

y después me doy cuenta de lo dicho

pero de la muerte llevándote, nada,

nada puedo decir.





HENDERSON Y LAS OSCURAS



De chica pasé unas vacaciones

sola,

sin mis padres,

en el campo de unos parientes.

No sé explicar cuál fue la razón

pero ni ellos

ni mi hermana

se quedaron durante ese período

que para mí fue dichosamente

infinito.



Las Oscuras era una estancia próspera,

con una casona señorial

y un parque de árboles exóticos,

abetos amarillos, acacias moradas, aromos azules,

sauces eléctricos y cipreses rayados como cebras.

Yo desconocía sus nombres

pero esa desmesura vegetal

me fascinaba.

Nunca había visto algo así.



También había una pileta de natación

con el agua sucia, verde, espesa,

llena de sapos y culebras.

Tampoco supe porqué la tenían

en ese estado de abandono.

Sé que contemplar esa superficie turbia

me llevaba a un mundo irresistible, ominoso.



A la hora de comer servía la mesa una mucama.

Yo la recuerdo con uniforme, guantes y cofia.

Digo “yo la recuerdo” y hago esta aclaración

porque volví a mi casa

y conté historias fantásticas.



Una era la de los conejos, cientos de ellos,

a quienes el personal de servicio

sacaba a pasear cada tarde

llevándolos de una cadenita de plata

sujeta a un collar de brillantes.



Relaté con entusiasmo sucesos extraordinarios

ocurridos en ese campo de Henderson

y nadie puso en duda mi palabra.

Nunca me trataron de mentirosa.

Muy por el contrario, la familia entera

me pedía una y otra vez

mi cuento de las vacaciones.

Así empecé a escribir.



De “MANSILLA”, Ediciones en Danza, 2010


Graciela Cros, argentina

poesía de miguel ángel soler



Sin título

Lasciate ogni speranza oh voi qu’entrate.
DANTE ALIGHIERI



Calla la arena su voz
de espartillo y acepta sumisa el latigazo
del surco y de la huella.

Llora el urutau
cuando la tristeza apuñala la tarde
y es hora del recogimiento.

Gime el agua de la surgente
y baja rumbo al estero.
Así urgente la vida avanza
por el largo desaguadero.

Las cruces se amontonan
a la vera del camino. Es mejor
quedarse en casa, ya se han muerto
todos los Mesías.

Polvo, monte, jataity y estero.
Todo se repite hasta el cansancio
como en un calidoscopio. Sólo el ojo
iluso se deja engañar por los viros.





Guasu api

A Elvio Romero, i. m.



La flor del asesino
se imprime en la arena.
El norte calcinante
y la sangre que vierte
por entre labios roturados,
le restriñen su simpleza.
El monte retiene
en su estrebe y en su flama,
la última palabra.





de Miguel Ángel Soler (heterónimo), paraguayo y residente argentino

de su libro "Cuaderno del largo derramadero", 1995-2005

sandra toro, su poema arácnido





Latrodectus mactans



Pinzar el extremo del hilo
con la garra.
Y tirar.

Así desmadejamos,
Penélope,
noche a noche
el camino a Ítaca.

Así vos
yo
nacidas de la misma
casta: tejedoras,
embaucamos al tiempo.

Arañas
de vientre condenado
donde a fuego la marca
del reloj.

Seda vertida
del sexo mudo
para trazar
(mandala
o laberinto)
el lecho nupcial
que nos abrace al consorte.

Túmulo
de ese eterno retorno.

viernes, 30 de diciembre de 2011

Rue des Cascades - Yann Tiersen

teny alós y sus "semillas de oceanidad"



Día negro.
Día de ponzoñosa mordedura.
Horas arrinconadas contra la amenaza.
Contra la memoria invencible.
Delicado veneno al que se le ocurre pensar milagros.
Día levantado a mano por encima de la tristeza.
Día amargo para amar, para limpiar la vitrina de los ensayos.
Día apto para el bombardeo de tu propia escuela solitaria.
Lapsos escurridos en la monotonía.
Monotonía angurrienta devorando esperanza.
Pequeñas esperanzas de hombre común.
Día colgado del brazo de una pincelada de aburrimiento.
Día abandonado, al lado mío, quejándose de la mala compañía.
Día negro.
De amigos distraídos.
De viejas canciones desteñidas.
Sin sexo.
Sin peso.
Día impregnado de maledicencias.
Apenas tiempo entre la vida y yo.
Día de una idea fija, imborrable, siniestra.
Fotografía de una realidad desnuda.
Jugo de sal martillado sobre la herida.
Caricia descriptiva a mi cristal empañado.
Abstracciones tiritando de entendimiento voraz.
Día negro.
Puñal.
Acertijo aplastado por la rutina.
Tenue fragancia de un soñador.
Día sin sentido específico.
El todavía arrodillado frente al nunca.
Hoy nada es permeable.
Nada puede ser tocado.
El horizonte acecha.
Cuchichea cosas como advertencias, premoniciones, lágrimas.
Día negro.
Sin sombra humana.
Sin tentación.
Día de mate lavado.
De tomar al caballo de la crin.
De beber solo en la ventana del bar más sucio del pueblo.
De guardar para mañana todo tipo de rebelión.
Día de aprender nuevamente las leyes de la caverna.
Día baldío.
De sentir caer la arena en el reloj.





el corazón
con la vergüenza
cerrada

deprimentes
edulcorantes
fotos
aferradas a un tiempo

el mundo
que se escapa
duele en la piel

aburren
los sentimientos
embalsamados
las palabras sueltas

todo lo dicho
permanece
en formol

el deseo se construye
y destruye
involuntariamente

el apetito se ríe
de la razón

pero la encubre
hasta la próxima
vez


de Teny Alós

de su próximo libro "Semillas de Oceanidad"

poemas de autoayuda y aforismos para morir mejor‏, según nos medica máximo ballester


4



Consiga el sonido de unos aplausos.

Si contienen vítores y bravos, mucho mejor.

Colóquelos en su computadora,

su despertador, el timbre de la casa, su celular.

Cada vez que realice una acción, ponga los aplausos.

Recíbalos como si no los esperara

pero muy seguro de que son para usted.

Inclínese y agradezca.




16



Usted es el conductor de su propia vida.

Y su vida es su coche. No deje que otros lo conduzcan.

Usted mismo es el volante, la palanca de cambios

y las ruedas. Regule la velocidad a su antojo.

Cada vez que salga a la calle, camine con la destreza

de un mecanismo hidráulico. Que cada paso suyo

suene como el cerrar de las puertas de un coche importado.





17



Es posible que usted se deprima.

Para estos estados hay que estar bien preparado.

Vaya por su agenda y llame a sus contactos.

Hágase pasar por otro –un amigo, un familiar–

y comuníqueles a todos la tristísima noticia

de que usted ha muerto.

Reciba con gratitud las condolencias. Anótelas.

Anuncie que sus restos serán velados en el

Salón de los Pasos Perdidos del Congreso de la Nación.




27



Nunca pierda la esperanza.

Nunca diga nunca.

Nunca pierda. Jamás.





28



Tómese una foto de cuerpo entero y haga muchas copias.

Una en la que usted aparezca como turista

con una cámara colgando del cuello,

una filmadora en una mano y en la otra una guía.

Compre varias reproducciones de pinturas y paisajes.

Recorte su foto y péguela en los cuadros.

Cuélguelos por toda la casa. Cuando lo visiten sus amigos

se asombrarán al verlo a usted en Bombay, en Tánger,

en Saint Thomas, entre los pequeños faunos del

Venus y Marte de Botticelli, en el Guernica de Picasso.






29



Confeccione una lista con sus talentos.

Sea generoso.

Cópiela en una gran pancarta.

A la próxima protesta en la vía pública

asista con la pancarta y atraviese la marcha a contramano.




30



Cultive el placer de regalar.

Regalar es regalarse.

Despójese de las cosas que ya no use.

Ejemplos:

un cepillo de dientes

una afeitadora de las descartables

un colchón

un felpudo de los que dicen Welcome

vajilla

espejos rotos

un flotante de depósito de agua de inodoro

un televisor blanco y negro

su colección de tapitas de gaseosa

su colección de caracoles de mar

su colección de videos de Jane Fonda

guías telefónicas

medicamentos

el cubo mágico de Rubik

rompecabezas con piezas faltantes

almanaques

el toallón de los Power Rangers

imanes de heladera

libros de Chopra, de Bucay y de Coelho.





34



En los días de aburrimiento, procure hacer actividades

distintas y divertidas. Construya un caleidoscopio,

por ejemplo. Uno lo suficientemente grande

para que quepa usted en él y pueda moverse a su antojo.

Dentro del tubo pegue triángulos de papel plateado

y azul brillante que sobresalgan y apunten hacia el centro.

Ilumine el tubo por dentro con las luces de su árbol de navidad.

Coloque una tapa con una pequeña mirilla cubierta con celofán

violeta. Al pie del caleidoscopio, ubique una escalera. Invite a sus

amigos a que lo espíen por la mirilla. Dentro del caleidoscopio

haga movimientos lentos, como si caminara por la superficie

de la luna. Dígales a todos que usted viaja por el tiempo.




de Máximo Ballester, poeta argentino

de su libro " Poemas de autoayuda y aforismos para morir mejor", Bs. As., El mono armado, 2011

homenajes en "las puertas de tannhäuser" de eduardo espósito



PREMIOS Y CASTIGOS

Voy sacando las plumas del horno
El pollo ha desaparecido
No sé cómo sigue esto
Los vecinos mienten
Esconden sus miserias en latas de paté
Pagamos la luz a cuentagotas
A cambio nos dan luz a goterones
Otro tanto ocurre con el gas
Los vecinos se mienten
Hace calor dicen
Practican zen yoga tai-chi calistenia
pero no hay sudor que dure cien años
el frío es un rayo muerto
los traspasa de los pies a la cabeza
Todos comemos plumas
En la tele abundan las minutas
El aire se hace raro
No sé como sigue esto.


A Eugeni Zamiatin




LA REINA DEL AIRE Y LA OSCURIDAD

Lloro
Es la última vez que tendré sexo
Agosto se me viene encima en pleno octubre
con 31 legiones de minutos
y la implacable extrañeza de no saber
Agüita salada en pecas de ángel
lloran también los niños que me antecedieron
Una tristeza de máuseres
dormidos en formol
a la espera del año de las resurrecciones
Y me voy
capricho en retirada
muelle sombra de ocaso en saco roto
Nos sufras por favor
No gimas nunca más
La abuela de la nieve está enseñando


A Poul Anderson



TAXIDERMISTA

Ella echaba sal en el rabo de los ángeles
Decía que así
Podían ser capturados vivos
-disecadosconservados
ad aeternum
Ella echaba sal en los rabos celestiales
justo antes del vuelo matinal de las palomas
que se la llevaron un día de enero
bajo sus picos graves
de aves
(de ángeles).


A Damon Knight


de Eduardo Espósito, poeta argentino

de su último libro publicado

poesía de alejandra correa




Encerrado en la terraza lindera
el perro
huele venir la lluvia


Corre y ladra
se empecina


Los primeros gotones martillan su cabeza

aguijonean cada centímetro de su cuero


Agua fría sobre el llanto


Lamento de perro que no acepta
su desamparo entrando al poema





de Alejandra Correa, poeta argentina

las sanadoras de marisa negri


I

María la de los gansos preñada por quinta vez

Vendrá estos días por el té de molle y se irá como todos los años con un ovillo de lana



Creció el murmullo en las cocinas



Se espesó como la harina de maíz que tomaba cuerpo en la olla

Del padre no se sabrá nunca





II

¿Quién elige los gansos María?

tuve un maizal ardiente bajo el vestido

la misma llave otra puerta de servicio

¿Una elige el vientre?

¿Uno elige los hijos?



Somos el vientre de María






III

Dos golpes de bastón y el cotilleo terminó

La cabeza gacha cruzó el patio

arrojó el cocido a los teros





IV

Nadie elige la tormenta, María

El polvo oscuro que nos dará un nombre

nadie elige

hemos escuchado la voz equivocada

soy dueño de tu cuerpo

es un cumplido que el patrón elija

no serás nadie sin estos favores








de Marisa Negri, poeta argentina

de su próxino libro "Las sanadoras"

martín palacio gamboa, del fauno y también sus lecciones de antropofagia







X



Esa blancura

que invade portales,

mamposterías,

la gravilla suelta, no es lepra ni ceniza de hace poco.

Algo empieza a raspar la grasa que impregnó el piso y las paredes de mi casa.

Algo me devolvió la cara que tuve antes de nacer.

Aquí es la restalladura,

lo que borró mi código,

el Archivo de lo que hacía que mi mano deviniera moho.

Ya no más cruces de hierro atravesándome la boca

sino ese adiós de cadmio que se esparce

incandescente.









XIX



el instante en que las puertas de los comercios dan paso a los leones

se asemeja a cuando, acomodándote el bretel, diste con la explosión de los grandes tubos catódicos que hacían de sostén a nuestras casas;

bauhaus ya no era un viejo grupo inglés de los setenta, sino la actualización de un mito por el que volverías a trasmigrar en pájaro, en begonia,

en un guerrero de místicos sigilos para el momento en que la saliva supiera a amianto y a salmuera.

el hecho estriba en que tras ese mal diluvio de enanas blancas en picada,

no hay otra apostasía que la de una botella rota tirada entre los pastos, allí donde te pusiste a contemplar el mundo y las vigas del último edificio en pie.

supe que, entre mis costillas, los lobos se acunarían ante el radiólogo y sus placas;

supe que tú eras la rosa y el patíbulo en la anticipación de este edén apenas consagrado.

supe que tú y yo éramos el borde de las cosas que piden algún nombre en lengua de gigante.











(textos de "Celebriedad del fauno")





V





El germen de este ocaso

se siente más adherido a la madera

y al pentagrama

que al espacio fáctico del suelo,

a su monovalencia tardía de resinas y tentáculos.



El goce de sentirse causado

anda a traspiés de niebla

con un ágape sin turno, punta por punta

las formas en que utilizas tu disfraz a la escala del poniente.



La pregunta es transparencia de lo oscuro.

Todo es remisión que exige

la uña del demiurgo,

acto y potencia. Ya sea con la casa derribada

o con la verbatura escindida de Lomismo.




(texto de "Lecciones de antropofagia")




de Martín Palacio Gamboa, poeta uruguayo
residente en Argentina

la virtualidad erótica por di benedetto




Virtual



Por el alma de cobre de los cables un fantasma
recorre el mundo: fosforece el botón de nácar
en las pantallas de cristal líquido, ese río vertical
en el que te bañarás dos veces. El ojo es todo fibra:
cuerda de violín tensada por la luz, violinista loca
que frota su arco de crin de caballo sobre el nervio
óptimo, en una curvatura que es la distancia menor
entre tu punto ciego y el mío. La boca que no está
le habla al oído que no escucha: un cortejo musical
de las palabras que van diciendo su pequeña muerte.



de Bruno Di Benedetto
(Inédito)

Hasta donde llega la voz: Dylan Thomas - No vayas amablemente hacia esa suav...

Hasta donde llega la voz: Dylan Thomas - No vayas amablemente hacia esa suav...: (Gales, 1914 - EEUU, 1953) NO VAYAS AMABLEMENTE HACIA ESA SUAVE NOCHE No vayas amablemente hacia esa suave noche, la veje...

Ney Matogrosso - Poema

"a boca de pájaro", los nuevos poemas de liliana campazzo


VIII


Chispazo de pájaro
pájaro
luz
se va brillando
un oscuro
y es la noche la que cae
no es líquida la noche
es mata cubriendo la luz
carbón piedra
sobre la línea
pájaro negro
hace nido
sobre mis ojos
que apenas
ya
el camino.


(...)



XI


Nada para decir después de esto.
Cae el sueño como si la mismísima
noche me comiera .
Brutales las estrellas
chispazos
que no vuelan.



(...)



Forka




Viajemos, antes que las aves
den comienzo al verano,
cuando vuelvan al estero
en busca de su olvidada imagen.
Jorge Teillier




Hacer el amor en Paso Tromen
Juntar la piedra
Cortar el aire
Unir con agua




de liliana campazzo, poeta argentina

de su próximo libro "a boca de pájaro"

poemas de alejo gonzález prandi






CAMBIO DE MATERIA

en un segundo de soledad las cosas cambian
por la muerte en un letargo lleno de moscas
toda mi soledad reverenciada por un poema
llego tarde
llego tarde
en una mañana alcancé la destrucción
por mi cuerpo que cae
en menos de un segundo de soledad
las cosas que han cambiado quedarán huérfanas
cada vez una nota musical se parece más a un rinoceronte
cada vez más sombra
llego tarde
llego tarde
y la muerte ni siquiera me echa una mirada


UNA MUJER

en una casa del Paraguay me enamoré de una mujer
vivimos durante dos semanas
alrededor de una mesa
comiendo la mandioca
entre los gritos de una santa que no hablaba español
y juraba crucificar a su hijo como Jesús
una tarde dijo que viajaríamos
a conocer el chaco del sueño
pero sólo nos miramos
sin queja ni dolor
ella solía llorar mientras planchaba
yo mientras ella dormía


ARTIFICIO

toda esta soledad es una costumbre
una coraza donde los muertos
anuncian el artificio
de un animal
que todavía puede ser atravesado





de Alejo Gonzalez Prandi



de "El deshoje", Bs. As., Ed. El Último Reino, 2007

lunes, 12 de diciembre de 2011

sangrar.





huye de balas finas de plata, aúlla sangra en cruz. el lobizón.
la niña llora o se relame esa marca campesina.
ella cuenta su dolor de estaca, yo creo.
y odio la ciudad que no cree. aquello que las niñas se atreven a narrar




"sangrar" de catalina boccardo publicado en el libro objeto de beatriz paz, por c (acto) ediciones, museo de arte carrillo gil, méxico, 2011

fotografía de julia margaret cameron

un libro objeto creado por beatriz paz, en el que recopila microrrelatos. y junto a otros autores, el mío: "sangrar".

una idea de beatriz paz, en su libro objeto, cien microrrelatos de autores de diversos países...

en el museo de arte "carrillo gil" en méxico.

"sangrar". de mi autoría. el microrrelato numero ocho. por c(acto) ediciones. 4° edición del foro de ediciones contemporáneas de méxico.


"el libro ha muerto, larga vida al libro"


Indio TV - El libro ha muerto, larga vida al libro

jueves, 1 de diciembre de 2011

BLACK & WOMAN 1 (Eugenio Barba & Victoria Santa Cruz)

Moon River - Bill Frisell & Petra Haden

01 Manifiesto (Nicanor Parra - Río Rojo)

Nicanor Parra - Advertencia al Lector (en la voz del poeta)

Descontexto: “Poema Tigre”, de Ramón Oyarzún

Descontexto: “Poema Tigre”, de Ramón Oyarzún: para Fabrice, Champion, de este mundo y del otro H oy de manera, fondo y forma especialmente inesperada, sorpresivamente -que es dec...