daniel quintero dejó poemas y hojas de algún otoño en la web, según él

Punta Arenas 

Esta ciudad se aproxima al parentesco del mundo
aún le cause funerales la influencia de una Inglaterra reciclada
que pone a resguardo su orgullo sobrenatural
... contagiando de puerto la penitencia
y el advenimiento de los viajeros.
Concebida por la ofrenda tutelar de la aventura,
levanta en las mañanas bioceánicas
su gesto equilibrista idéntico al estímulo del viento
cuando sale a ostentar su virilidad
entusiasmando en la zona franca
antes que el azar le encamine el cuadrante
y la consagre, en memoria de Magallanes,
al servicio de los navegantes.
Cuando el ritual termina
y la ciudad queda estipulada
todo sale a friccionarse en el encanto de la calle,
los vehículos emergen con su celosa combustión
y en algunos locales de amor marítimo
unas desnudas y avergonzadas cholgas
hacen valer sus virtudes afrodisiacas
en contra de la marea roja 
y sus complicaciones intestinales.
Progresivamente la gastronomía se va mezclando
entre asuntos mecánicos
y detalles barrocos de arquitectura;
así entre fuentes de soda y museos,
entre barros-lucos y tiendas 
que imponen su voluntad
distraigo mi oscilación turística en una mujer
que exhuma mi abandono con la beneficencia
de sus ojos eslavos e impostergables.
Ciudad emulando por catálogo
a la Europa inseminada de preguerra
que resbala por la cordillera abriéndose paso
entre el mercantilismo y las diferencias que provoca,
donde no por casualidad el aire huele
/ según sople el viento /
a mar
o a chanel nº 5 de la zona bancaria.

Punta Arenas, Chile, marzo 1991

Altamar

"La poesía es una playa segura a la que sólo se accede naufragando"

I
... 
Adentro de la bruma navega este barco.
Soy músico de la orquesta en el salón de baile 
para tripulantes desalmados,
no doy con la nota justa siempre en el tiempo 
donde el vals comienza con su frenesí,
mientras golpean las olas en cubierta 
y lloro sobre las cuerdas del instrumento que toco,
que puede ser violín, como ahora.
Nada me salva del mar entusiasmado. 
Ni navegar por las estrellas, ni el canto de sirenas 
que se jactan de haber corrompido al viejo Ulises, tendré de alivio.
El viaje es directo y la quilla del barco perfora el fondo 
de un solo tajo el mundo sangra, hace la tempestad el rumbo con su angustia.
Sucumbe el derrotero del navío oscuro,
implacable el náufrago que soy lleva la sal como memoria.
Seré sobreviviente en esta total oscuridad?

II

La isla que espera tiene su sombra blanca, su luna a cuestas,
su sonrisa de tiempo, su pena en despedidas,
su mirada ofrecida desprovista, entibiadora.
Salvará de mi derrota la muerte perra, 
el sabor pagano que no puedo ocultar.
Será de coral mi piel y a resguardo 
mezclar las manos en todo el verde dispuesto 
y con el sol encima aun sea nada más que un alivio temporal,
un salvoconducto, una caricia inmerecida, 
una luz que hace arena entre dos largas noches.

                           

GEOGRAFICAESFÉRICAS
/reconocimiento/

El horizonte en tu mirada,
apenas de lluvia sobre los hombros tu pelo,
... como de pintura renacentista tu boca,
en gracia el aire de tus cejas,
amparado tu sin querer de fuego,
al olvido tu sangre subida,
salpicada de astucia tu sombra,
de la aventura de vivir tu llanto,
traído de la mano tu asombro,
en el camino de la sabiduría tu duda,
a la tarde del cielo tus lunares,
tan temido de agostos tu laberinto,
emancipada de olvidos tu risa,
justo de viernes tu estreno,
más de querer tu corazón,
casi en el borde de decir basta tu insomnio,
de frutas y tambores tu bandera,
tan África tu oriente de música en febrero,
de mar entrando tu cauce río,
tan luz al viento tu pollera,
resguardo en playa tu tormenta,
canción de agua tu silencio,
óleo de atardecer sobre el pasto tu distancia,
profundidad amaneciendo la suave marcha de la noche tu suspiro,
reconocida geografía tu piel mi continente

Escribidor

Palabra en piel
dibujada con la dedicación
de un empecinado escribidor chino
... al amparo del candil,
al solo reflejo ofrecido
por los lunares de tu cuello
brillando en lo que serán
páginas incunables evadiendo
el abismo blanco de la hoja,
el destino de ceniza en la pretensión
de algún bárbaro conquistador
añorando el fuego de Alejandría.

La tinta es sangre con la que escribo,
el libro en que te convertirás,
las marcas consagradas
como fuera en las manos
de aquel poeta de rebaños
en el afán del camino a la libertad.

Sobrevivirán ante todo
estas muestras de lenguaje.

Se es lo que se escribe y calla
todo lo que arrastra la noche
para construir su imperio demoledor.
Mi mano sigue en el rumbo de tus poros
la artesanía del obstinado dibujante.
Sea en tu piel mi palabra,
sea el latir del verbo la luz
ese ritmo hasta consumirse en lo oscuro
y muestre el derrotero
de un trasnochado conquistador
que enceguecido se agote en su marcha
y se demore con dibujos
escribiendo sobre tu cuerpo
mientras el fuego arde en Alejandría.





Daniel Quintero, poeta, co-conductor del ciclo "Piedra y Camino" junto a Daniela Scagliola.