Según Gerda Lerner la constitución del Patriarcado tendría lugar mediante
un proceso que se alargó desde el año 3100 al 600 a. De C.
Era lógico que en los orígenes las mujeres ejercieran distintas funciones
que los hombres, debido a sus capacidades reproductoras y de crianza, pero eso
no las hizo inferiores. Eran recolectoras, poseían importantes conocimientos de
plantas, de ecología, de raíces y de sus propiedades alimenticias y medicinales,
amén del prestigio que gozaban como reproductoras de la especie.
Más probable es que el desarrollo de la guerra entre tribus durante
periodos de escasez económica propiciar el ascenso del poder masculino a través
de los triunfos militares. Las guerras son las que dan poder a los hombres sobre
otros hombres y sobre todas las mujeres. Es entonces cuando se inicia el
intercambio de mujeres con otras tribus como compensación por la derrota o bien
el rapto de mujeres pera atender las necesidades vitales de los grupos diezmado
por las guerras. En los primeros intercambios fueron las propias mujeres las que
colaboraron e incluso las que organizaban las bodas sin prever los resultados
finales.
Estos intercambios hicieron que la capacidad reproductora de las mujeres
fuera cosificada y que se pasara de estructuras matrilocales a sociedades
patrilocales: es la mujer la que es transferida, no el varón. El varón dentro de
otra tribu podría resultar un enemigo, no así la mujer ligada a su prole. De
este modo, las sociedades más complejas comenzaron a presentar una división del
trabajo no basada únicamente en las diferencias sexuales, sino jerárquicas,
instituyéndose también así la esclavitud. Es el inicio de los Estados arcaicos,
cuyo signo distintivo es la dominación.
Los hombres eran explotados principalmente como trabajadores, pero las
mujeres empezaron a ser explotadas como trabajadoras, como prestadoras de
servicios sexuales y como reproductoras, lo cual dio origen a un tipo específico
de dominio y de sometimiento.
Ya instituido este orden, resultaba que la dependencia del cabeza de
familia del rey o de la burocracia estatal se veía compensada por la dominación
que ejercía sobre su familia, como podemos comprobar en las recopilaciones
jurídicas mesopotámicas.
Así pues, la nueva familia se convierte en la pieza clave que mantiene toda
una estructura jerárquica de dominación, no sólo patriarcal, sino paternalista.
El dominado cambia sumisión por protección, trabajo no remunerado por
manutención. Los únicos privilegios entonces los que algunas mujeres podían
aspirar consistían en pertenecer a una clase superior susceptible de dominar a
hombres y mujeres de otra inferior, pero nada más.
La fidelidad a este orden impuesto se aseguró por la hegemonía masculina en
la creación de símbolos, a través de los cuales los humanos nos comunicamos y
conocemos. Y esta hegemonía se afirmó por dos imposiciones: la privación de
educación para las mujeres y el monopolio masculino de las definiciones.
“Solo se pueden generar ideas revolucionarias cuando los oprimidos
poseen una alternativa al sistema de símbolos y significados de aquellos que los
dominan”
Gerda Lerner
Extraído del libro ‘Matria. El horizonte de lo posible’ escrito por
Victoria Sendón de León.
Copypegado:
http://www.decrecimiento.info/2010/12/el-patriarcado.html
Copypegado:
http://www.decrecimiento.info/2010/12/el-patriarcado.html
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