"El pensamiento claro no nos basta, nos da un mundo usado hasta el agotamiento. Lo que es claro es lo que nos es inmediatamente accesible, pero lo inmediatamente accesible es la simple apariencia de la vida." antonin artaud.

domingo, 8 de abril de 2012

el poeta javier galarza escribió sobre "cadencias" de vale cervero...



CADENCIAS, UNA LECTURA SOBRE EL LIBRO DE VALERIA CERVERO


Lo que sigue es una lectura de Cadencias, el libro de Valeria Cervero, a través de las siete palabras que dividen las agrupaciones de los poemas: laberinto - espejos – guía - abrigo - juegos- lengua- duración. La figura arquetípica del laberinto suele introducirnos en un dilema tan mítico como existencial, «como en el viento/ el día afuera del ser/». Aún así se vislumbra una salida: «caminos sin cuándo/ y una voz/ que guía/ desencuentros/ en el final de cada cuerpo». Los espejos son ese espacio de alienación donde el sujeto se constituye desde fuera (Lacan), donde «Yo es otro» (Rimbaud), donde según Borges «los espejos y la creación son abominables porque multiplican el número de seres». En Cadencias los espejos y su «imagen precipicio» y algo que llama a callar: «días en que sólo soy un silencio. / este». Ante la intemperie que propicia el poema necesitamos abrigos momentáneos, cobijos parciales, donde una palabra se hace guía o hilo de Ariadna para salir del laberinto: «la madrevoz advierte…/ y decidís tu cuerpo/ aunque desmadre» La lección del juego es la instancia más alta en la filosofía de Nietzsche o Bataille: «frente al pequeño respiro azul/ en el espacio/ sin espejos/ sólo se puede/ ser/ el propio ausente/ olvidadiós/». Juego del carretel donde la destrucción del dios gramática nos posiciona en un nuevo lugar en tanto usuarios de la lengua: «tar tamu deces/ siempre/ pequeña imagen/ sindecir,/ a menos que/ Espanto/ irrumpa». Y pese a que «apenas partimos / y casi creemos decir lo nuevo/ pero solo decimos/ nuevamente», es la poesía lo que instaura un nuevo discurso, un nuevo emplazamiento, una nueva posición en el mundo. Queda una última instancia: la de la duración. Somos temporales y en tanto haya un final, habitar o vivir es imprescindible: «un pacto/ pleno/ de estar// ahí».


Javier Galarza

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