(imagen del pie de julio bocca)
Aguijones
Aguijones,
aguijones en tu cabeza
tu cabeza late más fuerte que tu corazón
y va a mil kilómetros por hora.
Parece no detenerse.
A veces, un cigarrillo, una mujer, un árbol.
y va a mil kilómetros por hora.
Parece no detenerse.
A veces, un cigarrillo, una mujer, un árbol.
Sólo
a veces.
Si no, corre desbocada, casi sin control.
No sé dónde está el universo, si afuera
o adentro.
Ahora parece estar en ninguna parte.
Sigo pensando que sin un poco de fe
en uno mismo, es imposible moverse.
Tampoco hace falta correr a la velocidad
de la mente.
Sólo bastaría con estar quieto como una hierba
moviéndose al compás del viento.
Si no, corre desbocada, casi sin control.
No sé dónde está el universo, si afuera
o adentro.
Ahora parece estar en ninguna parte.
Sigo pensando que sin un poco de fe
en uno mismo, es imposible moverse.
Tampoco hace falta correr a la velocidad
de la mente.
Sólo bastaría con estar quieto como una hierba
moviéndose al compás del viento.
DEBAJO
DE LOS SAUCES
Debajo
de los sauces
a
la sombra de los sauces
estoy
yo.
Miro
el cielo a través de las ramas,
azul
límpido y mínimas nubes.
Respiro
y
el aire llena mis pulmones
de
oxígeno viciado.
Me
concentro en el tronco,
en
la rugosidad de la madera,
en
los gorriones que atraviesan
el
cielo en bandada,
en
el sonido del río que corre.
Sólo
miro estas cosas
y
sé que es suficiente.
Sin
embargo hay algo
que
no funciona bien.
Una
mirada demasiado estática
sobre
el paisaje.
Pienso
entonces en los hombres
en
todos los hombres
que
alguna vez se detuvieron
a
mirar las cosas.
Y
no hicieron nada más,
salvo
describir minuciosamente
cada
objeto
y
se olvidaron de vivir
para
escribir poemas.
HAY
QUE DAR GRACIAS
Hay
que dar gracias:
el
cuerpo anda
el
cuerpo camina
el
cuerpo se mueve solo.
No
hay otra libertad
sino
el cuerpo.
No
hay otra verdad
sino
el cuerpo.
Sé
que me muevo
porque
mi cuerpo se mueve.
No
estoy muerto
no
estoy dormido
no
hay forma de quedarse inmóvil.
Creo
en mi cuerpo.
Sé
que mi cuerpo no me abandonará.
Hay
que dar gracias:
tus
manos se mueven
tus
piernas se mueven
el
mundo se mueve.
(Inéditos)
Marcelo
Leites, Concordia, Pcía. de Entre Ríos, Argentina
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