"El pensamiento claro no nos basta, nos da un mundo usado hasta el agotamiento. Lo que es claro es lo que nos es inmediatamente accesible, pero lo inmediatamente accesible es la simple apariencia de la vida." antonin artaud.

miércoles, 21 de abril de 2010

la locura inscripta con sangre en la sociedad




El año pasado fuimos con amigos a ver esta obra teatral originariamente escrita por Peter Weiss en 1.963. Su nombre es: "La Persecución y asesinato de Jean-Paul Marat representada por el grupo teatral de la casa de salud de Charenton bajo la direción del Marqués de Sade", acortada como "Marat/Sade".

Dicen "Incorporando elementos dramáticos procedentes de Artaud y Bertolt Brecht es una representación sangrienta del sufrimiento del hombre que plantea la duda de si la verdadera revolución se produce cambiando la sociedad o cambiandose a uno mismo".

La obra tiene lugar en el asilo de Charenton siguiendo los modos del metateatro, una obra dentro de una obra. La historia principal tiene lugar el 13 de julio de 1808, después de la revolución francesa; donde el Marqués de Sade dirige una obra teatral que tiene lugar durante la Revolución Francesa, a mediados de 1793.

Los actores son los internados en la casa de salud mental y sus propios cuidadores que hacen aparaciones constantes en escena para restaurar el orden. (Por momentos era impactante ver los actores, y escucharlos, sobre el escenario con toda el ímpetu de sus gritos).

El burgués Coulmier, director del psiquiátrico supervisa la obra. Este personaje muestra su apoyo al gobierno de Napoleón I y cree que la obra irá acorde a sus ideas patrióticas cuando en realidad sus pacientes tienen otras ideas y no se muestran tan de acuerdo con el curso de los acontecimientos.

El Marqués de Sade es el principal personaje de la obra y lleva a cabo varios diálogos con Jean-Paul Marat.

Marat se baña permanentemente como tratamiento a su enfermedad, y terminará ensangrentando su bañera como sucede con el baño de sangre de la época del Terror. Sade por otro lado se hace azotar el cuerpo enrojeciéndolo también con sangre...

Es una obra que permite lecturas ideológicas políticas, sociales y psicológicas.

De LA NACIÓN, 22 de mayo de 2009, a propósito de la puesta de Villanueva Cosse en nuestro Teatro San Martín:

"Leí la pieza varias veces"_cuenta Malena Solda, quien encarna a Charlotte Cordey. "Vi la película de Peter Brook y después me senté con Villanueva Cosse para preguntarle de qué estaban hablando, verdaderamente, estos personajes. No entendía el texto en profundidad. Vengo de una generación que políticamente es una tristeza, por desgracia. Tengo la suerte de tener esta profesión y entonces a cada personaje lo tomo como una excusa para interiorizarme, para aprender. Villa me explicó todo, hasta con ejemplos muy concretos, y se me abrió un mundo. Esta obra es una oportunidad para poder pensar y reflexionar acerca de lo que eran las ideologías en aquel momento, en los años 60, y en la Revolución Francesa también, el principio de todo. Me resulta interesante, me intriga; cotidianamente no tengo el hábito de leer, más allá de los diarios. Este texto es como una ventana al pasado que, a la vez, me hace dar cuenta de cuánto vacío hay en mi generación. Nos falta formación para entender algunos temas pero espero que el espectáculo genere cierto interés para que los de mi edad empiecen a investigar o a preguntarse acerca de los principios de un hombre como Marat, por ejemplo".

Villanueva Cosse es un creador con una fuerte formación teatral, surgido en el seno del teatro independiente uruguayo donde no se temía a las ideologías, por el contrario. Aún así aceptar poner en este momento Marat-Sade le generó cierta inquietud. "Es que me sentí enfrentado a un texto que me remitía indudablemente al teatro de los años 60, con una temática basada en lo ideológico, más que lo político. Si montás un Shakespeare, como es un clásico, siempre vas a encontrar unas metáforas que resuenan con fuerza en la realidad. Pero acá era distinto. Me detuve unos días, estaba desorientado. Tenía miedo de enfrentar el tema en este momento, cuando la gente te dice cosas como «salí de la ideología y metete en el mundo ideal». Para los veteranos que tenemos contacto con la política, en el sentido más amplio, eso es terrible. Y ver a los jóvenes en una cerrazón muy marcada, donde trabajan para salvar la ropa, los ideales y los gestos políticos no existen, no ingresan al mundo con la vocación y las ansias que teníamos nosotros".

Llegar a estas conclusiones fue determinante para el director. "Me animé a enfrentar las cosas", dice con gran seguridad. Y hasta ha encontrado que, por oposición, ciertas metáforas funcionan muy bien en este 2009. La locura, por ejemplo, no asoma aquí como una enfermedad sino como una consecuencia

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