"El pensamiento claro no nos basta, nos da un mundo usado hasta el agotamiento. Lo que es claro es lo que nos es inmediatamente accesible, pero lo inmediatamente accesible es la simple apariencia de la vida." antonin artaud.

jueves, 14 de febrero de 2013

cosas dentro de otra cosa... de carina sedevich



                                                          (imagen de larissa kulik)





i

Soy una cosa
voy a dejar sin mí
las otras cosas
voy a dejar de repetir
las cosas
debajo de la luna
cuando amaine.

No contaré
los gramos de lo hermoso
ni moleré
ni iluminaré
ni contendré lo duro
de las cosas.

Mi sed
mi hambre
mi frío
son pequeñas
cosas dentro de otra cosa
y morirán.
 
ii 

Como anoche
como antes de anoche
como todo el verano vino la noche
y puso
algo dentro mío
a echarse.


iii

Ahora
la luz de la luna hace visibles
ciertas ramas del pino.

Pronto se van a borrar
como la sombra
de un cuerpo en otro cuerpo
demasiado cercano.
 
iv

La última luz
ya dejó el agua.

El agua
toma mi cuerpo
como un himen
constante
y tiene sesgos que
me tocan
a veces.

v

Escucho un sapo.
No puedo hablar por otro:
yo
lo escucho.
Y puedo unirme
a algo.


vi

Al menos las cosas sujetas de un extremo
parecen vivas hoy.
No sé por qué
lo veo
y creo en mi silencio
como un germen.

vii

Una noche
termina.
Nada de esperar
la sombra de un minuto.
Una noche
y otra.
Algo ya muerto.
Conocido.


 viii

Ahora contra el cielo oscuro las ramas son más duras
y el aire que mueve los sonidos es veloz.
Miro siempre la misma
columna de estrellas en el sur.
Pienso
que si algo hubiera cambiado lo sabría.

ix

El tiempo tiene sus dulces casas
y tiene sus pausas
al sereno.
Ceso.
Palpo aquello que se ha quedado haciéndose.

x

El aire fino
hace algo con la luz.
La traiciona.
Señala, casi
un lugar.
Sostiene
nuestro cuerpo
difuso.
Su paso.

xi

Busco el sol
como una moribunda
y el viento es otro cuerpo
que cesa.
Pasa
la sombra de algo que fue alegre.
El silencio hace lugar
despacio.

 xii

La luz cerca al insecto.
Hace de él
una gran sombra.
La luz
entorpecida
abarca todo.

xiii

Un pájaro
de las mañana frescas
canta.
Jura
sobre el otoño
que vivo.


xiv

El día
baja.
Pasan las cosas
fugazmente doradas
y los sonidos
sordos
detenidos.
xv

Entera.
Como el agua
que es una sola
herida.
Que implota,
muda.
Que es mirada
y nadie diría que transcurre.
Así, sin grandes golpes.
Es el día.
La única jornada.
Entre sus polos
agua.
La misma.
La
finita.



 de Carina Sedevich, nacida en la ciudad de Santa Fe

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