"El pensamiento claro no nos basta, nos da un mundo usado hasta el agotamiento. Lo que es claro es lo que nos es inmediatamente accesible, pero lo inmediatamente accesible es la simple apariencia de la vida." antonin artaud.

sábado, 17 de noviembre de 2012

Brazil Pelicula completa subtitulada (1985)


anoche, el ciclo de poesía y trova el precio, idea y conducción de jorge figueroa




IDEA Y CONDUCCION : JORGE FIGUEROA
LECTURA DE POEMAS : SILVIA GONZALEZ

COLUMNISTAS :

FABIAN VIQUE
DAMIAN LAMANNA GUIÑAZU

POETAS INVITADOS :

IGNACIO OSORIO
GISELA GALIMI
SERGIO FOMBONA
CATALINA BOCCARDO

TROVA EN VIVO :
JAVIER VAGNOSI




un trasnoche con mucha cordialidad, donde me sentí bien recibida. allí con mis libros "el jardín santo"y "territorios"... 
este ciclo lleva muchos años, y ahora se realiza en el bar "el cisne", en bulnes y potosí, CABA.
conocí personalmente a la amorosa gisela galimi. y estaban eduardo mendez, silvia rodriguez ares, carlos dariel, ignacio osorio,y tantos otros, amigxs con los que cada tanta compartimos lecturas, encuentros con la poesía

y agradezco el cariñoso trato de jorge y silvia.

domingo, 11 de noviembre de 2012

fotografías de la presentación de "trasbordos"



analía de la fuente presentó su libro de poemas, junto a amigxs que realizaron diversidad de expresiones artísticas, música, canto, danza, narrativa...

martes, 6 de noviembre de 2012

a-letheia / ramalaje de ignacio uranga, algunos poemas


                                                            (imagen dorothea tanning)




Adenocarcinoma

Sin embargo al tacto se notaban
particuladas en su interior, como
mínimas piedras bajo la areola:
formaban entonces parte de una
inofensiva y mera informalidad la
halitosis, la excesiva dilatación del
poro, la grasitud facial, el olor a
humedad en la ropa




Hysteron

Tendida en la tierra, rodillas al cielo, como
convexa contra el mundo, ve, lejano, detrás
del rostro interpuesto, difuso el cuadro por
las lágrimas propias, el rehilar indiferente de
los astros en lo oscuro: en la unión de las
extremidades inferiores se encuentra el hueco
donde el macho pondrá por amor o por fuerza
semillas de vida (de cada tres mujeres: una:
no ya la ruinosa cifra del mundo: de cada tres
mujeres: una: va a repetirse este patrón, según
encuestas invariablemente: de cada tres
mujeres será una violentada, basado el caso
en el hecho sólo de su sexo femenino): tendida
en sábanas, rodillas al cielo, como convexa
contra el mundo, ve, difuso el cuadro por las
lágrimas propias, el rostro que la asiste detrás
del mínimo cuerpo que ensangrentado se interpuso
tras dejar, también los ojos inyectados en agua, la
noche oscura del vientre: entre aquello que no
termina de morir y su sí mismo que no termina
de nacer: una mínima vida asomada a la vida




Dialéctica negativa

Al 1400 por Alberdi gira alertando el
estúpido azul intermitente: en la vereda
par: la escuela 12 y el banco provincia:
capital simbólico y económico, estructura y
superestructura, tensados, sin conciliar porque
una inmensa pared los separa, en la que dice
“derecho a la educación”, y la vista encima
ahora iluminada por el estúpido azul intermitente
con todo lo que un paredón y una patrulla significan




Campo de Mayo

“la figura humana”, dijo, “en la pared”, “en
la del polvorín”, dijo, “la figura humana en la
pared del polvorín dibujada a balazos”, dijo
“dibujada a balazos”, “la figura humana”, dijo
“dibujada a balazos”, “la silueta de un hombre”
“en la pared del polvorín”, dijo, “y una rejilla
abajo –hacia las cuencas cloacales–”, dijo, “una
rejilla”, “50 x 50 cm”, “hacia el sistema cloacal”
dijo, “dibujada a balazos”, “la silueta de un hombre”
“y una rejilla”, “de un hombre”, dijo: “sabés cuántos”




Mithos

Como nota de lo que fue, en papel lo que no
más que resto o destello: en la superficie: desaparece
asustada para abrir paso a que aparezca
(a través del parabrisas: reductores, “curva
peligrosa”, “máxima 60 Ana te amo. Mara” y
a pocos metros “máxima 40”, y Mara apostando
al riesgo extremo añade “para siempre”): en
lo hondo: como pan la entrega, demasiado ensueño:
una falta en los lazos fundacionales: bien
sobre el filo, apenas, la escritura la actualiza





Noticias I

Crisis hídrica: en los últimos meses se perdieron
casi mil hectáreas de agua en el dique Paso Piedra.
Reclamo salarial: habrá paro docente mañana y en
los hospitales públicos se suspenderán los servicios
por 48 horas. Las madres encuentran al nieto 98 nacido
en cautiverio durante la última dictadura militar
argentina. Aseguran la ciudad de Buenos Aires es
incluso más salvaje que el capitalismo. También hay
mensajes semióticos como imágenes, avisos (no
verbales exclusivamente) publicitarios. El índice de
desempleo es proporcionalmente inverso a la suba de
la canasta familiar. Sensación de inseguridad creada
por los medios. Se funde la parte oriental de la Antártida
según la Nature Geoscience informa. “Las argentinas
trabajan por necesidad, no por opción.” “Latinoamérica:
las telenovelas se vuelven cada vez más realistas.” La
realidad es una unidad máxima de significado, un discurso
complejo. Sin embargo: “(…) se premiará un
trabajo en el género epinicios. El epinicio se define como
poema o conjunto de poemas al vencedor en cualquier
clase de juego o deporte”. (frag. art. 3 de las bases)





Notificación

Sentimos informarle que debido
al limitado número de plazas disponibles
y a la alta cantidad de
solicitantes no podemos hacerle
ningún tipo de oferta en este
momento. Mantendremos su
currículum vitae en base para
futuros procesos de selección.
Reciba usted un cordial saludo


(...)

Soler 618

A juzgar por prejuicio o por mandatos establecidos
hubiera jurado eras analista, secretaria, mujer de
empresario, corredora de bolsa, doctora; sin embargo
evidenciando tu no ser de la ciudad, o bien poéticamente
embelleciendo la culpa, la vergüenza, soles a lo último
dijiste, porque hubiera semejado, en tu voz, al estruendo
del trueno o la ráfaga de rayo Ballantines night club, Jacqueline:
estás quebrada. Porque nadie va a pensar qué pasó
por tu corazón para que volvieras mercado tu cuerpo ni qué
cuando la no correspondencia entre forma y fondo quedó descubierta,
y devino la mujer que ahora te habita: estás socialmente
quebrada, Jacqueline. Ninguno va a escuchar que estabas
cansada de la espera en hospitales públicos, urgida por el ácido
en la sangre, que sólo querías cobertura social y mantel dignos
que el sacrificio está destinado también a la cirugía en Chile
y a tu tan necesaria luna, blanca, en polvo sobre la mesa


(...)



Un-heim-lich

Habitación: como “habitar un lugar”, el sujeto
habitando su casa (heim), como/en “piezas separadas”:
“pieza”: zona de la habitación pero
también “parte”, “frag-mento” (desesperadamente
amando no la totalidad sino mínimas
partes) somos piezas separadas; a su vez como
“habitar el lenguaje” o viceversa (la palabra se
abre y es todo lo que quiero: / dulce y suave:
cuando abro, Caroline, los ojos, y cierro, las / telas
las del corazón). El objeto “α”, deseado y desconocido
(me refiero claro a esta que no es no es: y
no es: que canta no cantando / cuando extiende y no
extiende sus manos que no son manos y / las abre
cerrándolas para despedirse sin irse ni haber
llegado / para luego finalmente lejana hacer las
típicas señales del adiós), puede volverse heimlich
o un-heim-lich (familiar a la vez que oculto) «Se
denomina UNHEIMLICH todo lo que debiendo
permanecer oculto, no obstante se ha manifestado»
(Schelling): mysticus, divinus, occultus, figuratus:
sustraído al conocimiento, inconsciente, impenetrable
cerrado a investigación: “el retorno involuntario a un
[…] lugar […] produce la impresión misma de inermidad,
de lo siniestro”: locus suspectus, intempesta
nocte; xenos: extranjero, extraño, des-conocido:
lúgubre, siniestro. Pero –dijo– es un delirio que hay
que ordenar, una asociación vaga de ideas. Cuando
algo aparece en lugar del – Φ (menos phi) se manifiesta
el heim-lich o un-heim-lich: la an-gustia, lo siniestro
(entonces / cierro las telas, las de mis ojos, y abro
serenamente, las que dan / a la floración de tu nombre
Caroline, que se abre, cuando cierro / los ojos, y doy
con la conocida, tierna y frágil: amando / hacia adentro)


(...)



Kénosis

No lo inefable en cuatro letras, no: Barbeló
Yahvé, Zeus = Deus = Dios, no. Dijo amor
y no entendieron: Sanedrín: transcripción
del griego synedrion, presbyterion, ‘cuerpo
de ancianos’ y gerousia, ‘senado’. Blasfemo
se dijo: oculto en la noche el interrogatorio
no fue sino un perfilar cargos hacia la pena
capital, y el praefectus: ‘hasta acá la vida’:
en el Gábbatha: insuficiencia hepática y disfunción
renal a golpe de flagrum, afecciones
neurálgicas, excoriaciones en los hombros
por el madero horizontal (hay elementos
que indicarían en cuanto a la legalidad del
juicio error judicial): 500 metros hasta el
Gólgota desde el Pretorio de Pilato
(Bienaventurado el hombre de Cirene
llamado Simón / porque él no buscaba a
Dios y se lo encontró / en qué monte en qué
valle en qué epifanía / en la desgracia en la
desgracia del mismo Dios / iba pasando y le
echaron la cruz encima / bienaventurado ese
desgraciado bajo la cruz / porque él quiso
escapar pero ya no quiso / porque él no
buscaba a nadie y se encontró a Dios / en
la desgracia en la desgracia del mismo Dios):
en los metatarsales segundo y tercero clavos
ya colgado en el palo vertical, asfixia por los
brazos extendidos, en la cavidad pleural fluido
hemorrágico a punta de lanza: un pájaro quieto
atrapado entre clavos: Iesvs Nazarenvs Rex
Ivdaeorum: Kyrie, eleison, Christe, eleison, Kyrie
eleison: danos hoy nuestro amor de cada día

(...)


Ignacio Uranga, Bahía Blanca

Fragmentos de "a-letheia / ramalaje", Ediciones en Danza, 2012. Obra seleccionada en la
Primera Convocatoria a Poetas Jóvenes organizada por Ediciones En Danza

lunes, 5 de noviembre de 2012

la poeta concepción bertone nos acerca a este poema de james joyce




Estoy pensando que EL SANTO OFICIO es un poema recontra-cifrado de J. Joyce o simplemente una gran ironía.



EL SANTO OFICIO

Por mí mismo, a mí mismo me bautizo
con el nombre de Catarsis-Purgativo.
Yo, quien desgreñado abandoné camino
por defender la gramática de los poetas,
llevando a tabernas y burdeles
la mente del ingenioso Aristóteles.
Aquí mi intérprete debe estar
por si acaso los bardos lo intentan
y se equivoca, por lo que, ahora
de mis labios reciben ciencia peripatética.
para entrar en el cielo, viajar al infierno,
ser piadoso o terrible, uno, positivamente,
necesita el alivio de las indulgencias
plenarias. Porque cada auténtico místico
de nacimiento es un Dante, sin prejuicio (1),
quien, a salvo en el rincón de la chimenea,
por poderes se arriesga a extremos de
heterodoxia, como quien halla una alegría
en la mesa, alabando las estrecheces.
Si uno rige su vida por el sentido común,
¿cómo puede dejar de ser profundo?
Pero no debéis considerarme como a uno
de aquella compañía de mojiganagas (2).
Con aquel, quien se apresura a calmar (3)
las frivolidades de sus damas veleidosas (4),
mientras ellas le consuelan cuando él
hace pucheras con orlas celtas bordadas en oro (5),
o aquel que sorbe todo el día
imprudencias mezclan su comedia (6),
o quien cuya conducta parece tener
preferencia por un hombre de «tono» (7),
o el que hace de remiendo harapiento
para los millonarios de Hazelhatch,
más llorando después de la santa cuaresma,
confiesa todo su infiel pasado (8),
o quien tiene voluble sombrero,
no para la malta, ni para el crucifijo,
sino para mostrar a todos cuán pobremente
vestida va su alta cortesía castellana (9),
o quien a su dueño ama con delirio (10),
o quien con temor bebe su vaso de cerveza (11),
o aquel que una vez, cuando estuvo cómodamente
acostado, vio a Jesucristo sin cabeza,
y con esfuerzo intento salvar para nosotros
las obras de Esquilo, perdidas hace tiempo (12).
Más todos estos hombres de quien hablo
me hacen ser la cloaca de su pandilla.
Mientras ellos sueñan sus soñados sueños,
yo les saco las corrientes apestosas,
porque si estas cosas hago por ellos
fue porque mi diadema perdí,
Esas cosas por las que severamente la Abuela
Iglesia me dejo plantado.
Así les alivio los tímidos anos, y mi oficio
hago de Catarsis. Mi escarlata blancos
como la lana los deja (13). A través de mí
evacuan la panza llena. Para hermanar
máscaras, a una y a todas, como vicario
general actúo (14), y para cada doncella,
nerviosa y tímida, similar servicio realizo.
Que sin sorpresa reconozco la belleza
sombreada de sus ojos, el «no osad»
de la dulce virginidad contestando
a mi corrupto «quisiera» (15). Nunca ella
parece que piensa en ello, cuando en público
nos vemos, mas por la noche, cuando
encerrada en el lecho, descansa y siente
la mano entre los muslos,
mi pequeño amor, de luz vestido, reconoce la suave
llama que s el deseo. Pero las patrias de Mammón
bajo la prohibición tiene las costumbres
de Leviatán (16), y ese alto espíritu batalla
siempre con los innumerables secuaces
de Mammón. Que nunca puedan ellos verse libres
de este tributo de desprecio. Así vuelvo
la vista, distante da las vacilaciones
de ese heterogéneo séquito, esas almas
que odian la fortaleza que la mía tiene,
acerada en la escuela del viejo Aquino.
Donde ellos se agacharon, se arrastraron y oraron
yo permanezco, destinado por mí mismo,
sin miedo, sin hermanarme, sin amigos y solo,
indiferente como espina de arenque, firme
como cordillera de montañas, donde
mis astas centellean al aire (17). Dejad
que sigan como hasta ahora, necesarios
son para mantener el equilibrio. Aunque
se esfuercen hasta la tumba mi espíritu
nunca será de ellos. Ni mi alma con las suyas
una será de ellos. Ni mí alma con las suyas
una sea hasta que el Mahamanvantara (18)
se cumpla: que aunque a puntapiés de su puerta
me echen, mi alma les despreciará para siempre jamás.

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(1) Frase que se repite en el ensayo de Joyce sobre la «Catalina» de Visen.
(2) «Sabed que me considerarán
hermano auténtico de una compañía
que cantaba a la equivocación de la dulce Irlanda...»
W. B. Yeats: «Address to Ireland in the Coming Times». «Compañía de Mojigangas» se emplea como título despreciativo, aunque se refiere específicamente al Abbey Theatre, que fue reconocido en agosto de 1914. Patrocinado económicamente por Annie E. Horniman, presidido por Lady Augusta Gregory y dominado artísticamente por Yeats, se desarrolló gracias al anterior Irish National Theatre, donde todos los jóvenes escritores irlandeses, con la excepción de Joyce, tomaron parte de una forma u otra.
(3) Yeats.
(4) Lady Gregory y Miss Horniman y quizás Maud Gonne MacBride.
(5) Alusión a las portadas con adornos impresos en oro de los libros que Yeats publicó en el último decenio del siglo pasado.
(6) John M. Synge.
(7) Oliver Gogarty.
(8) Padraic Colum.
(9) W. K. Magee («John Eglinton»).
(10)George Roberts, devoto seguidor de George Russell, a quien Russell se dirige como Joyce lo hace, en un poema.
(11) James S. Starkey («Seumas O´Sullivan»)
(12) George Russell.
(13) «Aunque tus pecados sean escarlatas, blancos serán como la lana», Isaías, I:18.
(14) Asistente del obispo, quien está al cargo del funcionamiento de la diócesis.
(15) «Dejando al "no osad" esperar por el "Quisiera" como el gato del refrán». Shakespeare: Macbeth, I, VII, 44-5.
(16) Satán, el héroe, el individuo, en este caso el mismo Joyce.
(17) «Era su fundamento y desdén les arrojó con astas centelleantes». Stephen Hero, p. 35. (18) El gran año hindú.


Poema de James Joyce

Ingmar Bergman, Persona (VOSCastellano)


Leonardo Favio (en concierto)


domingo, 4 de noviembre de 2012

analía de la fuente presenta su libro de poemas "trasbordos"...



                                                           (imagen de brooke shaden)


I

Hay una hora sin nombre
entre todas.
Una hora sin tiempo
que danza para nadie
en los extremos del daño.
Es la hora en que casa se derrumba.

Hay una hora precisa, como de siesta en el trópico,
abrasadora,  avasallante,
una hora de minutos esbirros,
de segundos infames.

A esas horas hasta el lenguaje pierde el camino y
desanda mi sangre
hacia lúgubres,  sádicas, ominosas preguntas,
que nacen prolíficas de lo inalcanzable.

A esa hora y  su merced,
es que hasta las palabras, su mundo y mi refugio me abandonan.






II

La lengua crea sus caminos de ausencia,
pide peras al olmo,
asegura bajo siete llaves la trampa de la pena y sus pasos.

Transforma rincones de orfandad y casas vacías
en la trastienda de las dependencias,
donde todo ocurre más allá del no, del quizá y sus histerias.

La lengua se hace otra por las noches,
cuando escribe su refugio, 
huye del miedo, lo hace olvido, eco que se va cantando bajo.

Quizá  por las noches casa sea la boca que no aprende a callar,
casa  sea el grito que la boca elige para escribir su historia.




Analía de la Fuente, CABA

de "Trasbordos", 2012 


sábado, 3 de noviembre de 2012

Nazareno Cruz Y El Lobo cine argentino


Fotografía movida de Spíndola y su jerez volcado, por tani mellado




Jorge Spíndola es un poeta que asedia las cadencias de la oralidad y sus contrapunteos, flujos e interrupciones. Tiene su poesía, además, un dinamismo polifónico proveniente de las distintas voces de una mundaneidad cotidiana y honda. Quizás por esto su poesía se actualiza intensamente en sus lecturas, cuando se desgrana la voz, gotita a gota, como el agua de un río mientras llueve, vuelta sonido inseminado, burbuja que corre y resoplido. Dos o tres veces lo he escuchado leer Jerez volcado, partes de este poemario publicado en 2009, por la editorial El suri porfiado. Sus versos, en el aire, pero también en las páginas, son las nervaduras de las hojas de un árbol que camina y se emborracha memorioso de la experiencia y sus ecos. Las dos veces que lo oí estaba en Comodoro Rivadavia, una ciudad patagónica con varias ciudades superpuestas, itinerarios discontinuos y un cerro en el medio de variopintas desmemorias.

Jorge Spíndola es nacido en La Paloma, en un barrio de aquella ciudad que subterráneamente crece en sus poemas. Las estrellas de ese otro cielo miran desde abajo y centellean en el barrio y la infancia, aquella otra patria tan convocada en este libro. También desde abajo viene al amor que tiembla y habla una lengua rasgada, hecha de telas impares e idénticas al mismo tiempo.

Pero el Spíndola de este Jerez volcado ha volcado también de alguna forma, no como un auto desplomado en un mal ángulo, no como la lava que desciende impiadosa. El poeta ha volcado como un vino tinto espeso que no se precipita ni compensa otra sed sino que se curva para desprenderse de la horizontalidad. En Calles laterales, pero también en su anterior libro, Matame si no te sirvo, Spíndola nos devolvía la posibilidad de recorridos y trayectorias poco frecuentados, marginales, laterales. En sus poemas aparecían hombres y mujeres cuyos rostros y cuerpos no salían en las fotos y retratos celebratorios o conmemorativos de la historia oficial que toda ciudad y región tiene. En sus textos emergían zonas poco iluminadas por las bombillas eléctricas de la modernidad y sus grandes mitos. Sus textos andaban por la superficie como reptiles memoriosos a la sombra de la barbarie, su paisaje y lengua.

Pero, ahora que ha volcado, el poeta se derrama y lo que cae ya no viene con fuerza desde afuera. Ya no corre la mancha del verso por la superficie del mantel. El vino que se cae, este Jerez volcado, perfora la mesa, su madera, el suelo que la sostiene, todo lo que toca. El poeta ha encontrado la verticalidad y lo ha hecho en el mejor lugar, el intersticio, la frontera.

Por la polifonía inicialmente señalada, es difícil agrupar en una única descripción los rasgos de este libro, pero quiero señalar esta naciente verticalidad del volcado que no sólo va hacia abajo, tenue o resonante, gota de rocío desprendiéndose irremediable sobre el pastito o agua de tormenta que se amucha, sublevada, para aplastar la extensión de un mismo dueño. También cuando vuelca se nos va para arriba este poeta. Como las chapas en su recuerdo, vuela este poeta como brujo que es. Para arriba, con comba y a los combos se nos va a los cielos, peleando, resistiendo, dejándose volar, siendo volado. Le gustan los techos, como a ciertos suicidas, y saborea los ascensos sobre el viento este pájaro políglota que, en picada, baja hasta la cucha de los perros para ladrar con ellos como mariachi de luces.

El Spíndola de Jerez volcado no toca las cosas, las atraviesa. Nada en el aire, vuela en el suelo y camina volcado hacia el costado.


revuelto de zinc





una vuelta fuimos con mi tío a taparaujero en unas chapas

corría ese viento desgraciado sobre el mundo

ya sabes



una sola cortina de arena iba envolviendo la visión



había unos galpones gigantes de ypf

varados al borde de una playa



fragmentos de chapa en la memoria

ondulaciones de zinc brillando ahora

entre el párpado y la luz

no importa/



caminábamos con el tío por los techos

flotábamos y el viento

chiflaba por abajo como un loco



parecía que todo eso iba a volar



pisábamos siempre sobre la línea de clavos

con cuidado con cuidado como el tío me enseñó



clavos cabeza de plomo le voy a decir

malamente sujetaban el océano de chapas

flameaba la camisa

la bolsa de clavos se rajó

rodaban clavos por los techos

como astillas caían o volaban no se bien



de repente unos viejos de mameluco gris

de abajo nos gritaron con ternura



- dejen ese agujero y bajen a comer



mientras cuchareábamos en silencio

yo vi el alma de esos hombres

o capaz era un vapor

pero algo aéreo se alzaba de sus cuerpos

se ondulaba en la corriente

y escapaba



ahora tengo un solo revuelto de zinc en la memoria

un oleaje brillante de chapas que se mezcla con el mar



(a unos viejos obreros de ypf

al tío juan)



Nota de Luciana Mellado

viernes, 2 de noviembre de 2012

la dra. diana maffia habla sobre femicidio, en la mesa de la SEA, feria internacional del libro


                                                (fotografía adela seguí)

Si mata no es amor

Texto leído el último 22 de abril en la Feria del Libro. “Asesinadas en nombre del Amor: violencia de género”, Mesa Redonda junto a Catalina Boccardo, Cristina Civale y Naela Chohan (embajadora de Pakistán). Coordinación: Víctor Redondo. Organizada por la SEA (Sociedad de Escritores y Escritoras de la Argentina).

Por Diana Maffía (IIEGE – UBA)
En la Cámara de Diputados de la Nación se acaba de dar media sanción al proyecto de incorporar al código penal la figura de “femicidio”, como efecto de la visibilidad de los crímenes de mujeres que forma parte de la estrategia de incidencia política del feminismo. Para que fuera posible mirar los asesinatos de mujeres de esta manera, hizo falta dejar de naturalizar la violencia en las relaciones interpersonales como exceso pasional, y a la vez dejar de ver estos casos como crímenes individuales y percibir el patrón colectivo que los posibilita.

Cuando el psicoanálisis tradicional aplica a las mujeres que sufren violencia la caracterización de “masoquistas”, las hacen corresponsables como víctimas, poniendo énfasis en el vínculo como si fuera patológico e involucrara a una pareja que se vuelve así “anormal”. Pero la crítica feminista precisamente va a poner el foco en las estructuras de dominio y de poder que hacen de toda mujer, por su mera condición de mujer, un sujeto vulnerable a la violencia como reaseguro de la posesión y el sometimiento.

Las acciones de violencia sobre una mujer pueden llevar a esa mujer a la muerte; pero las palabras para describir esa violencia nos ponen en peligro a todas. El propio hecho de comunicar los episodios de violencia extrema y los femicidios en los medios masivos de comunicación tienen efectos paradojales. Ante las noticias difundidas, muchas mujeres relatan que sufren amenazas de que les va a pasar lo mismo si no son dóciles, o se minimizan sus quejas porque la violencia que sufren no es comparable a la que toma estado publico, o los victimarios imitan como por contagio los mecanismos violentos. Este es el caso, a partir del resonante episodio del baterista de “Callejeros”, con la difusión de varones que prenden fuego a las mujeres, episodios que se agudizan multiplicándose cuando son difundidos. Imaginemos el efecto si además estos crímenes permanecen impunes. Su difusión, lejos de darle recursos de advertencia a las posibles víctimas, refuerzan la posición del victimario.
Sin embargo, el avance en las políticas públicas contra la violencia, la aceptación del Estado del papel que le cabe en garantizar la integridad de las mujeres como condición de su ciudadanía, comenzó precisamente con un femicidio de gran repercusión: el asesinato de Alicia Muñiz por parte de Carlos Monzón. El reconocimiento público de las figuras involucradas le dio una trascendencia al hecho que pronto pasó a ser debate sobre la violencia doméstica.
Recién a partir de este caso comenzaron a crearse áreas de atención, y a apoyarse a las organizaciones de mujeres que venían luchando contra este flagelo a través de grupos de autoayuda pero sin recursos estatales como dispositivos de salud y de refugio. Mar del Plata, el lugar donde había ocurrido este hecho, fue escenario también de otro escalofriante episodio femicida: el asesinato de prostitutas que se atribuyó a un inexistente “loco de la ruta”, pero que luego de una cuidadosa investigación llevada adelante por un juez local, reveló la trama de corrupción policial, judicial y política en la explotación de la prostitución.
¿Podríamos llamar a estos episodios “femicidio”? Curiosamente, entre los agravantes que acaban de votar los diputados y diputadas, figura el odio racial o la homofobia, pero la condición de prostitución y trata de personas no figura. Evidentemente es costoso pensar la prostitución como una forma de violencia, por eso el aliento oficial a quienes hablan de “trabajo sexual”, ya que de esta forma el prostituyente, por efecto de un eufemismo, se transforma en “cliente”, y el dinero de la transacción elimina el gesto violento de transformar un cuerpo en mercancía.
La ley de Trata, poco después de sancionada, debió ser modificada por las duras críticas que recibió la pretensión de que si la víctima tenía más de 18 años recayera sobre ella la exigencia de probar que había sido engañada. Es decir, la ley presuponía que una persona da consentimiento a su propia esclavitud sexual, si no demuestra lo contrario. Además, las penas por engañar a una mujer para obligarla a ejercer la prostitución tenían la mitad de la pena que merecía el delito de abigeato, el robo de ganado. Es decir, para la ley, robar una vaca equivalía a prostituir a dos mujeres. ¿Cuánto de la mala voluntad para legislar en los casos de trata, para llamar por su nombre a los prostíbulos en lugar de encubrirlos como wiskerías o cabarets, y para sancionar la explotación de la prostitución, tiene su raíz en la impunidad construída para los prostituyentes y en la naturalización del consumo de prostitución por los varones?
A fines del año pasado, otro hecho conmovió a la opinión pública por su gravedad. Una adolescente de 19 años que se había separado de su compañero con quien tenía un hijo pequeño, fue violada por él a la salida de su trabajo. El hombre fue preso, y durante su cautiverio retomó el vínculo con su ex mujer a la que prometió casarse para iniciar una convivencia como familia. El fiscal consideró que era una estrategia para salir de la cárcel, pero ella solicitó el recurso de “avenimiento” para que lo liberaran. Quisiera detenerme unos minutos sobre este recurso, una rémora conservadora y patriarcal en el contexto de un cambio legal muy relevante.
La violación era referida en el código penal como un “delito contra la honestidad”. Claramente, el honor protegido era el de la familia, lo que es decir el honor de quien posee a esa mujer (paradigmáticamente, el padre). Ese honor se subsanaba si el violador consentía casarse con la víctima, y entonces cesaba la causa penal contra él. Es más, tan fuerte era la idea de “honestidad” como posesión, que una prostituta, por ejemplo, no podía denunciar una violación; y cualquier mujer debía probar que era “honesta” para que se iniciara la causa penal. Todavía ahora, ante una denuncia y con el paradigma patriarcal bastante vigente a pesar de los cambios, la mujer será indagada sobre su vestimenta, sus hábitos, los horarios y el lugar por donde transitaba y si había trabado algún vínculo con el agresor sexual.
En 1999 la figura se modificó. Los “delitos contra la honestidad” pasaron a ser “delitos contra la integridad sexual”. El bien protegido ya no era externo a la víctima, sino que se produjo una revolución semiótica, poniendo a las mujeres, su integridad y autonomía como bien tutelado por la ley. Sin embargo, este giro no fue fácil, y los legisladores más conservadores, a propuesta del entonces diputado José Cafferata Nores, exigieron mantener la figura del “avenimiento” o reconciliación como condición para aprobar el cambio, si bien agregando aclaraciones sobre que éste se hacía sin forzar la voluntad de la víctima, que libremente tomaba su decisión.
Así el Código Penal estableció que en casos de violación y cuando haya relaciones afectivas preexistentes entre víctima y victimario, el tribunal puede excepcionalmente aceptar la propuesta de ella si fue formulada libremente y en condiciones de igualdad y si considera que “es un modo más equitativo de armonizar el conflicto con mejor resguardo del interés de la víctima”. Y entonces se extingue la acción penal
¿Es concebible, en una trama de relaciones sociales donde todavía las mujeres se encuentran en muchas formas de sujeción, de dependencia y de sometimiento; después de un delito tan estigmatizante como la violación, hablar de decisión libre por la cual la víctima decide retirar la denuncia porque va a casarse con el violador? Sin embargo, la figura se mantuvo.
En el caso que relatamos, Carla, la adolescente violada por su ex pareja, solicita el avenimiento; y aunque un primer fallo judicial rechazó el recurso ambos insistieron y el acuerdo fue avalado por el Tribunal de Impugnación Penal de la provincia de La Pampa, que lo concedió en un fallo dividido. Al segundo día de convivencia, el hombre la mató violentamente. Los medios de comunicación se hicieron un festín con esta historia, ya que de pequeña la muchacha había presenciado el asesinato de su madre en manos de su padre. Pero lo verdaderamente grave del asunto es que profesionales que deberían asegurar la atención adecuada de estos casos, argumentaran que la propia mujer había sido responsable y se había buscado su propia muerte.
Un psicoanalista del Hospital Álvarez, Sergio Zabalza, se pregunta en una nota en La Nación “¿ Qué lleva a una persona a contraer un compromiso legal y afectivo con quien atropellara su honor e intimidad?” pregunta que pone la agencia en la mujer. No se pregunta qué lleva a un hombre a violar y luego matar a una mujer con la que ha convivido y con la que tiene un hijo, sino qué la lleva a ella a amarlo. Y como respuesta escribe (y permítanme una cita algo extensa):
Un peritaje psicológico advertía el estado de shock en que se encontraba la víctima a causa de la agresión sufrida a manos del violador. Pero tal diagnóstico no es suficiente para explicar la insensatez que demuestra quien no está en condiciones de preservar su seguridad física y psíquica .
El colapso psicológico puede arrojar un sujeto a la cama durante semanas, precipitarlo en la depresión o en la perplejidad. Pero no explica cuál es el resorte subjetivo que induce a una persona a volver a padecer el mismo horror.
La observación apunta al corazón del descubrimiento freudiano del inconciente, el masoquismo , por el cual un sujeto goza más allá de lo que sus barreras éticas y estéticas están dispuestas a tolerar. Esta condición erótica, a veces en franca oposición con la moral de la persona, se cuece en el hervor de los primeros cuidados y se termina por sellar en la adolescencia. Aquí el historial nos exime de mayores comentarios: cuando Carla tenía pocos meses de vida, su padre había asesinado a su esposa y madre de Carla.
Por eso, a veces las personas no sólo somos víctimas de un agresor actualizado allí en carne y hueso (el cual deber ir a la cárcel, por supuesto), sino también de nuestra propia condición erótica. La violencia que se agita entre los miembros de las parejas y en el seno de las familias hace más que recomendable que este rasgo tan singular de la condición humana sea tenida en cuenta por la justicia . El ser humano es la única criatura del planeta que vuelve a poner los dedos en el enchufe (1).
Entendamos bien: el psicoanalista invita a que cuando la justicia juzgue al asesino, tome en cuenta que la víctima tenía una inclinación propia a repetir una escena, que como masoquista buscaba. No me canso de pensar qué llevó a este profesional de la salud mental a escribir esto en un medio de comunicación masivo, qué estaba defendiendo, contra qué malentendido estaba levantando el poder de su discurso autorizado.
Tan horroroso fue el efecto de este asesinato, tan burda la disculpa de los jueces, que en veloz trámite parlamentario hace unas semanas el Avenimiento fue derogado. Aquello que no era negociable se negoció, aunque el precio fue una vida. La diputada feminista Marcela Rodríguez venía presentando desde 2008 proyectos para derogar la vergonzosa figura del Avenimiento, pero nunca fueron tratados y perdían estado parlamentario, debiendo volver a ser presentados.
Natalia Gaitán, “la Pepa”, era una joven lesbiana que fue asesinada por el padrastro de su novia, asesinada por no esconder una forma de amor no legitimada por las formas silenciosas y opresivas de la sexualidad hegemónica. El debate social sobre este crimen permitió explicitar las formas violentas de conductas homofóbicas, lesbofóbicas y transfóbicas que han terminado en crímenes de odio. Como sociedad hemos avanzado con la ampliación de la ley de matrimonio, y hoy estamos discutiendo en el Senado Nacional la ley de Identidad que recibió media sanción en Diputados en noviembre del año pasado, y que impulsa formas de respeto y autonomía inéditas. Pero como reacción a estos avances, recrudecen estas expresiones amenazantes que exigen a los cuerpos y sexualidades disidentes que no se muestren y que no nos interpelen.
Y como el nombre de esta mesa, “asesinadas en nombre del amor”, me permitió ir mucho más allá del asesinato de una mujer en manos de alguien a quien amó o que dice amarlas, quiero concluir hablando de otras muertes que constituyen un femicidio silencioso: las muertes por abortos inseguros.
La presunción de un instintivo amor maternal, encubre el hecho de que por muchas razones las mujeres pueden tener embarazos no deseados. Que no todo embarazo dispara en las mujeres un desborde amoroso que se expresa en abnegación. Y por lo tanto, que no toda mujer está dispuesta a morir, o a sufrir, o a ignorar la violencia de una violación, para continuar la gestación de un embrión que sin ella no puede ser viable.
Los casos recientes de niñas de 10 u 11 años, abusadas y embarazadas como consecuencia de ese abuso, a quienes ministros de salud provinciales (como el ministro de Entre Ríos o el de Corrientes) consideran perfectamente saludables para llevar adelante sus embarazos, y por lo tanto niegan la interrupción solicitada por sus madres, ponen de relieve la diferencia profunda entre un cuerpo en primera persona y en tercera persona. Un hombre nunca será portador de un embarazo, su cuerpo nunca gestará una criatura, por lo tanto la deliberación sobre el aborto nunca será en carne propia. Sin embargo, desde sus lugares de poder obligarán a las mujeres y a las niñas a algo inmoral: tener una conducta por encima de su propio deber y de sus propios derechos, negarse para posibilitar otra vida, abnegarse.
El reciente fallo de la Corte Suprema pone claridad sobre el alcance del artículo 86 del Código Penal, que en su inciso 2 dice que no será punible el aborto cuando el embarazo sea “producto de una violación o de un atentado al pudor contra una mujer idiota o demente”. Este inciso habla de dos casos: cuando una mujer sea forzada sexualmente, o cuando esté imposibilitada de consentir la relación sexual por su condición mental. En ninguno de los dos casos se la puede obligar a la posible consecuencia de un acto no consentido, en este caso un embarazo, y por eso se autoriza la interrupción en caso de que la mujer así lo decidiera.
Que su decisión sea obstruída por el médico, el juez, el cura, el legislador, la corporación de abogados católicos, el ministro y el gobernador, muestra la medida de la enajenación del cuerpo y la voluntad de las mujeres. Que se clandestinicen abortos que son legales, tornándolos inseguros y a veces mortales, es un crimen por omisión de parte del Estado. Que algunos gobernadores hayan salido a desconocer un fallo de la Corte Suprema que ampara el derecho a la salud, sin que el Ministerio de Salud de la Nación salga de su mutismo, muestra que en la negociación del poder las mujeres somos la moneda de cambio pero no los sujetos del pacto democrático.
El empeño puesto por la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito (2) al presentar un proyecto de ley, avalado por diputados y diputadas de distintos bloques que incluyen al oficialismo, tropieza con la cerrada e incomprensible negativa de la Presidenta de la Nación a habilitar el debate parlamentario, justificada en una desventura personal que puede fundar una decisión individual pero de ninguna manera una barrera política para todas las mujeres.
Dentro del marco de los derechos humanos, Argentina ha adherido a los objetivos del milenio de Naciones Unidas. Uno de esos objetivos es bajar la mortalidad materna para el 2015. Estamos muy lejos de ese objetivo, y seguiremos incumpliéndolo porque la principal causa de muerte materna es el aborto inseguro.
En noviembre de 2006, durante el Primer Encuentro Nacional de Periodistas con Visión de Género, se conformó la Red PAR (3), que lleva su identidad y su objetivo en el nombre: Periodistas de Argentina en Red por una comunicación no sexista. Como oportuna intervención en la comunicación muchas veces iatrogénica de la violencia, elaboraron un decálogo para informar sobre los hechos que sugieren llamar “violencia de género”, “violencia contra las mujeres” o “violencia machista”, desterrando el equívoco y generalizado concepto de “crimen pasional”, y elaborando un manual que recuerda las múltiples formas de violencia que soportan las mujeres por su mera condición de género, que cuando resultan en muertes consideraremos femicidios. Así, además de la visible violencia física destacan otras formas que debemos aprender a percibir y valorar en su criminalidad: aislamiento y abuso social, abuso ambiental, abuso económico, conductas de control y dominio, control por medio de amenazas, abuso verbal y psicológico, violencia sexual, abuso emocional, chantaje emocional, institucional, laboral. contra la libertad reproductiva, obstétrica y finalmente mediática (4).
Intenté pues recorrer hasta aquí sólo unas pocas, muy resonantes, de las muchas maneras en que las mujeres morimos asesinadas. El desafío de cambiar este destino está en las relaciones humanas pero también está en el lenguaje. Si duele, si lastima, si humilla, si sojuzga, si mata, no lo llamemos amor.
(1) Sergio Zabalza “El doble horror de Carla”, La Nación, 17/12/11.
(2) www.abortolegalseguroygratuito.blogspot.com/ y www.abortolegal.com.ar/
(3) www.redpar.com.ar/
(4) Para bajar la edición del manual



FUENTE
http://dmasi-mendoza.blogspot.com.ar/2012/04/si-mata-no-es-amor.html