"El pensamiento claro no nos basta, nos da un mundo usado hasta el agotamiento. Lo que es claro es lo que nos es inmediatamente accesible, pero lo inmediatamente accesible es la simple apariencia de la vida." antonin artaud.
lunes, 26 de noviembre de 2012
sábado, 17 de noviembre de 2012
anoche, el ciclo de poesía y trova el precio, idea y conducción de jorge figueroa
IDEA Y CONDUCCION : JORGE FIGUEROA
LECTURA DE POEMAS : SILVIA GONZALEZ
COLUMNISTAS :
FABIAN VIQUE
DAMIAN LAMANNA GUIÑAZU
POETAS INVITADOS :
IGNACIO OSORIO
GISELA GALIMI
SERGIO FOMBONA
CATALINA BOCCARDO
TROVA EN VIVO :
JAVIER VAGNOSI
un trasnoche con mucha cordialidad, donde me sentí bien recibida. allí con mis libros "el jardín santo"y "territorios"...
este ciclo lleva muchos años, y ahora se realiza en el bar "el cisne", en bulnes y potosí, CABA.
conocí personalmente a la amorosa gisela galimi. y estaban eduardo mendez, silvia rodriguez ares, carlos dariel, ignacio osorio,y tantos otros, amigxs con los que cada tanta compartimos lecturas, encuentros con la poesía
y agradezco el cariñoso trato de jorge y silvia.
jueves, 15 de noviembre de 2012
domingo, 11 de noviembre de 2012
fotografías de la presentación de "trasbordos"
analía de la fuente presentó su libro de poemas, junto a amigxs que realizaron diversidad de expresiones artísticas, música, canto, danza, narrativa...
martes, 6 de noviembre de 2012
a-letheia / ramalaje de ignacio uranga, algunos poemas
(imagen dorothea tanning)
Adenocarcinoma
Sin embargo al tacto se notaban
particuladas en su interior, como
mínimas piedras bajo la areola:
formaban entonces parte de una
inofensiva y mera informalidad la
halitosis, la excesiva dilatación del
poro, la grasitud facial, el olor a
humedad en la ropa
Hysteron
Tendida en la tierra, rodillas al cielo, como
convexa contra el mundo, ve, lejano, detrás
del rostro interpuesto, difuso el cuadro por
las lágrimas propias, el rehilar indiferente de
los astros en lo oscuro: en la unión de las
extremidades inferiores se encuentra el hueco
donde el macho pondrá por amor o por fuerza
semillas de vida (de cada tres mujeres: una:
no ya la ruinosa cifra del mundo: de cada tres
mujeres: una: va a repetirse este patrón, según
encuestas invariablemente: de cada tres
mujeres será una violentada, basado el caso
en el hecho sólo de su sexo femenino): tendida
en sábanas, rodillas al cielo, como convexa
contra el mundo, ve, difuso el cuadro por las
lágrimas propias, el rostro que la asiste detrás
del mínimo cuerpo que ensangrentado se interpuso
tras dejar, también los ojos inyectados en agua, la
noche oscura del vientre: entre aquello que no
termina de morir y su sí mismo que no termina
de nacer: una mínima vida asomada a la vida
Dialéctica negativa
Al 1400 por Alberdi gira alertando el
estúpido azul intermitente: en la vereda
par: la escuela 12 y el banco provincia:
capital simbólico y económico, estructura y
superestructura, tensados, sin conciliar porque
una inmensa pared los separa, en la que dice
“derecho a la educación”, y la vista encima
ahora iluminada por el estúpido azul intermitente
con todo lo que un paredón y una patrulla significan
Campo de Mayo
“la figura humana”, dijo, “en la pared”, “en
la del polvorín”, dijo, “la figura humana en la
pared del polvorín dibujada a balazos”, dijo
“dibujada a balazos”, “la figura humana”, dijo
“dibujada a balazos”, “la silueta de un hombre”
“en la pared del polvorín”, dijo, “y una rejilla
abajo –hacia las cuencas cloacales–”, dijo, “una
rejilla”, “50 x 50 cm”, “hacia el sistema cloacal”
dijo, “dibujada a balazos”, “la silueta de un hombre”
“y una rejilla”, “de un hombre”, dijo: “sabés cuántos”
Mithos
Como nota de lo que fue, en papel lo que no
más que resto o destello: en la superficie: desaparece
asustada para abrir paso a que aparezca
(a través del parabrisas: reductores, “curva
peligrosa”, “máxima 60 Ana te amo. Mara” y
a pocos metros “máxima 40”, y Mara apostando
al riesgo extremo añade “para siempre”): en
lo hondo: como pan la entrega, demasiado ensueño:
una falta en los lazos fundacionales: bien
sobre el filo, apenas, la escritura la actualiza
Noticias I
Crisis hídrica: en los últimos meses se perdieron
casi mil hectáreas de agua en el dique Paso Piedra.
Reclamo salarial: habrá paro docente mañana y en
los hospitales públicos se suspenderán los servicios
por 48 horas. Las madres encuentran al nieto 98 nacido
en cautiverio durante la última dictadura militar
argentina. Aseguran la ciudad de Buenos Aires es
incluso más salvaje que el capitalismo. También hay
mensajes semióticos como imágenes, avisos (no
verbales exclusivamente) publicitarios. El índice de
desempleo es proporcionalmente inverso a la suba de
la canasta familiar. Sensación de inseguridad creada
por los medios. Se funde la parte oriental de la Antártida
según la Nature Geoscience informa. “Las argentinas
trabajan por necesidad, no por opción.” “Latinoamérica:
las telenovelas se vuelven cada vez más realistas.” La
realidad es una unidad máxima de significado, un discurso
complejo. Sin embargo: “(…) se premiará un
trabajo en el género epinicios. El epinicio se define como
poema o conjunto de poemas al vencedor en cualquier
clase de juego o deporte”. (frag. art. 3 de las bases)
Notificación
Sentimos informarle que debido
al limitado número de plazas disponibles
y a la alta cantidad de
solicitantes no podemos hacerle
ningún tipo de oferta en este
momento. Mantendremos su
currículum vitae en base para
futuros procesos de selección.
Reciba usted un cordial saludo
(...)
Soler 618
A juzgar por prejuicio o por mandatos establecidos
hubiera jurado eras analista, secretaria, mujer de
empresario, corredora de bolsa, doctora; sin embargo
evidenciando tu no ser de la ciudad, o bien poéticamente
embelleciendo la culpa, la vergüenza, soles a lo último
dijiste, porque hubiera semejado, en tu voz, al estruendo
del trueno o la ráfaga de rayo Ballantines night club, Jacqueline:
estás quebrada. Porque nadie va a pensar qué pasó
por tu corazón para que volvieras mercado tu cuerpo ni qué
cuando la no correspondencia entre forma y fondo quedó descubierta,
y devino la mujer que ahora te habita: estás socialmente
quebrada, Jacqueline. Ninguno va a escuchar que estabas
cansada de la espera en hospitales públicos, urgida por el ácido
en la sangre, que sólo querías cobertura social y mantel dignos
que el sacrificio está destinado también a la cirugía en Chile
y a tu tan necesaria luna, blanca, en polvo sobre la mesa
(...)
Un-heim-lich
Habitación: como “habitar un lugar”, el sujeto
habitando su casa (heim), como/en “piezas separadas”:
“pieza”: zona de la habitación pero
también “parte”, “frag-mento” (desesperadamente
amando no la totalidad sino mínimas
partes) somos piezas separadas; a su vez como
“habitar el lenguaje” o viceversa (la palabra se
abre y es todo lo que quiero: / dulce y suave:
cuando abro, Caroline, los ojos, y cierro, las / telas
las del corazón). El objeto “α”, deseado y desconocido
(me refiero claro a esta que no es no es: y
no es: que canta no cantando / cuando extiende y no
extiende sus manos que no son manos y / las abre
cerrándolas para despedirse sin irse ni haber
llegado / para luego finalmente lejana hacer las
típicas señales del adiós), puede volverse heimlich
o un-heim-lich (familiar a la vez que oculto) «Se
denomina UNHEIMLICH todo lo que debiendo
permanecer oculto, no obstante se ha manifestado»
(Schelling): mysticus, divinus, occultus, figuratus:
sustraído al conocimiento, inconsciente, impenetrable
cerrado a investigación: “el retorno involuntario a un
[…] lugar […] produce la impresión misma de inermidad,
de lo siniestro”: locus suspectus, intempesta
nocte; xenos: extranjero, extraño, des-conocido:
lúgubre, siniestro. Pero –dijo– es un delirio que hay
que ordenar, una asociación vaga de ideas. Cuando
algo aparece en lugar del – Φ (menos phi) se manifiesta
el heim-lich o un-heim-lich: la an-gustia, lo siniestro
(entonces / cierro las telas, las de mis ojos, y abro
serenamente, las que dan / a la floración de tu nombre
Caroline, que se abre, cuando cierro / los ojos, y doy
con la conocida, tierna y frágil: amando / hacia adentro)
(...)
Kénosis
†
No lo inefable en cuatro letras, no: Barbeló
Yahvé, Zeus = Deus = Dios, no. Dijo amor
y no entendieron: Sanedrín: transcripción
del griego synedrion, presbyterion, ‘cuerpo
de ancianos’ y gerousia, ‘senado’. Blasfemo
se dijo: oculto en la noche el interrogatorio
no fue sino un perfilar cargos hacia la pena
capital, y el praefectus: ‘hasta acá la vida’:
en el Gábbatha: insuficiencia hepática y disfunción
renal a golpe de flagrum, afecciones
neurálgicas, excoriaciones en los hombros
por el madero horizontal (hay elementos
que indicarían en cuanto a la legalidad del
juicio error judicial): 500 metros hasta el
Gólgota desde el Pretorio de Pilato
(Bienaventurado el hombre de Cirene
llamado Simón / porque él no buscaba a
Dios y se lo encontró / en qué monte en qué
valle en qué epifanía / en la desgracia en la
desgracia del mismo Dios / iba pasando y le
echaron la cruz encima / bienaventurado ese
desgraciado bajo la cruz / porque él quiso
escapar pero ya no quiso / porque él no
buscaba a nadie y se encontró a Dios / en
la desgracia en la desgracia del mismo Dios):
en los metatarsales segundo y tercero clavos
ya colgado en el palo vertical, asfixia por los
brazos extendidos, en la cavidad pleural fluido
hemorrágico a punta de lanza: un pájaro quieto
atrapado entre clavos: Iesvs Nazarenvs Rex
Ivdaeorum: Kyrie, eleison, Christe, eleison, Kyrie
eleison: danos hoy nuestro amor de cada día
(...)
Ignacio Uranga, Bahía Blanca
Fragmentos de "a-letheia / ramalaje", Ediciones en Danza, 2012. Obra seleccionada en la
Primera Convocatoria a Poetas Jóvenes organizada por Ediciones En Danza
lunes, 5 de noviembre de 2012
la poeta concepción bertone nos acerca a este poema de james joyce
Estoy pensando que EL SANTO OFICIO es un poema recontra-cifrado de J. Joyce o simplemente una gran ironía.
EL SANTO OFICIO
Por mí mismo, a mí mismo me bautizo
con el nombre de Catarsis-Purgativo.
Yo, quien desgreñado abandoné camino
por defender la gramática de los poetas,
llevando a tabernas y burdeles
EL SANTO OFICIO
Por mí mismo, a mí mismo me bautizo
con el nombre de Catarsis-Purgativo.
Yo, quien desgreñado abandoné camino
por defender la gramática de los poetas,
llevando a tabernas y burdeles
la mente del ingenioso Aristóteles.
Aquí mi intérprete debe estar
por si acaso los bardos lo intentan
y se equivoca, por lo que, ahora
de mis labios reciben ciencia peripatética.
para entrar en el cielo, viajar al infierno,
ser piadoso o terrible, uno, positivamente,
necesita el alivio de las indulgencias
plenarias. Porque cada auténtico místico
de nacimiento es un Dante, sin prejuicio (1),
quien, a salvo en el rincón de la chimenea,
por poderes se arriesga a extremos de
heterodoxia, como quien halla una alegría
en la mesa, alabando las estrecheces.
Si uno rige su vida por el sentido común,
¿cómo puede dejar de ser profundo?
Pero no debéis considerarme como a uno
de aquella compañía de mojiganagas (2).
Con aquel, quien se apresura a calmar (3)
las frivolidades de sus damas veleidosas (4),
mientras ellas le consuelan cuando él
hace pucheras con orlas celtas bordadas en oro (5),
o aquel que sorbe todo el día
imprudencias mezclan su comedia (6),
o quien cuya conducta parece tener
Aquí mi intérprete debe estar
por si acaso los bardos lo intentan
y se equivoca, por lo que, ahora
de mis labios reciben ciencia peripatética.
para entrar en el cielo, viajar al infierno,
ser piadoso o terrible, uno, positivamente,
necesita el alivio de las indulgencias
plenarias. Porque cada auténtico místico
de nacimiento es un Dante, sin prejuicio (1),
quien, a salvo en el rincón de la chimenea,
por poderes se arriesga a extremos de
heterodoxia, como quien halla una alegría
en la mesa, alabando las estrecheces.
Si uno rige su vida por el sentido común,
¿cómo puede dejar de ser profundo?
Pero no debéis considerarme como a uno
de aquella compañía de mojiganagas (2).
Con aquel, quien se apresura a calmar (3)
las frivolidades de sus damas veleidosas (4),
mientras ellas le consuelan cuando él
hace pucheras con orlas celtas bordadas en oro (5),
o aquel que sorbe todo el día
imprudencias mezclan su comedia (6),
o quien cuya conducta parece tener
preferencia por un hombre de «tono» (7),
o el que hace de remiendo harapiento
para los millonarios de Hazelhatch,
más llorando después de la santa cuaresma,
confiesa todo su infiel pasado (8),
o quien tiene voluble sombrero,
no para la malta, ni para el crucifijo,
sino para mostrar a todos cuán pobremente
vestida va su alta cortesía castellana (9),
o quien a su dueño ama con delirio (10),
o quien con temor bebe su vaso de cerveza (11),
o aquel que una vez, cuando estuvo cómodamente
acostado, vio a Jesucristo sin cabeza,
y con esfuerzo intento salvar para nosotros
las obras de Esquilo, perdidas hace tiempo (12).
Más todos estos hombres de quien hablo
me hacen ser la cloaca de su pandilla.
Mientras ellos sueñan sus soñados sueños,
yo les saco las corrientes apestosas,
porque si estas cosas hago por ellos
fue porque mi diadema perdí,
Esas cosas por las que severamente la Abuela
o el que hace de remiendo harapiento
para los millonarios de Hazelhatch,
más llorando después de la santa cuaresma,
confiesa todo su infiel pasado (8),
o quien tiene voluble sombrero,
no para la malta, ni para el crucifijo,
sino para mostrar a todos cuán pobremente
vestida va su alta cortesía castellana (9),
o quien a su dueño ama con delirio (10),
o quien con temor bebe su vaso de cerveza (11),
o aquel que una vez, cuando estuvo cómodamente
acostado, vio a Jesucristo sin cabeza,
y con esfuerzo intento salvar para nosotros
las obras de Esquilo, perdidas hace tiempo (12).
Más todos estos hombres de quien hablo
me hacen ser la cloaca de su pandilla.
Mientras ellos sueñan sus soñados sueños,
yo les saco las corrientes apestosas,
porque si estas cosas hago por ellos
fue porque mi diadema perdí,
Esas cosas por las que severamente la Abuela
Iglesia me dejo plantado.
Así les alivio los tímidos anos, y mi oficio
hago de Catarsis. Mi escarlata blancos
como la lana los deja (13). A través de mí
evacuan la panza llena. Para hermanar
máscaras, a una y a todas, como vicario
general actúo (14), y para cada doncella,
nerviosa y tímida, similar servicio realizo.
Que sin sorpresa reconozco la belleza
sombreada de sus ojos, el «no osad»
de la dulce virginidad contestando
a mi corrupto «quisiera» (15). Nunca ella
parece que piensa en ello, cuando en público
nos vemos, mas por la noche, cuando
encerrada en el lecho, descansa y siente
la mano entre los muslos,
mi pequeño amor, de luz vestido, reconoce la suave
llama que s el deseo. Pero las patrias de Mammón
bajo la prohibición tiene las costumbres
de Leviatán (16), y ese alto espíritu batalla
siempre con los innumerables secuaces
de Mammón. Que nunca puedan ellos verse libres
Así les alivio los tímidos anos, y mi oficio
hago de Catarsis. Mi escarlata blancos
como la lana los deja (13). A través de mí
evacuan la panza llena. Para hermanar
máscaras, a una y a todas, como vicario
general actúo (14), y para cada doncella,
nerviosa y tímida, similar servicio realizo.
Que sin sorpresa reconozco la belleza
sombreada de sus ojos, el «no osad»
de la dulce virginidad contestando
a mi corrupto «quisiera» (15). Nunca ella
parece que piensa en ello, cuando en público
nos vemos, mas por la noche, cuando
encerrada en el lecho, descansa y siente
la mano entre los muslos,
mi pequeño amor, de luz vestido, reconoce la suave
llama que s el deseo. Pero las patrias de Mammón
bajo la prohibición tiene las costumbres
de Leviatán (16), y ese alto espíritu batalla
siempre con los innumerables secuaces
de Mammón. Que nunca puedan ellos verse libres
de este tributo de desprecio. Así vuelvo
la vista, distante da las vacilaciones
de ese heterogéneo séquito, esas almas
que odian la fortaleza que la mía tiene,
acerada en la escuela del viejo Aquino.
Donde ellos se agacharon, se arrastraron y oraron
yo permanezco, destinado por mí mismo,
sin miedo, sin hermanarme, sin amigos y solo,
indiferente como espina de arenque, firme
como cordillera de montañas, donde
mis astas centellean al aire (17). Dejad
que sigan como hasta ahora, necesarios
son para mantener el equilibrio. Aunque
se esfuercen hasta la tumba mi espíritu
nunca será de ellos. Ni mi alma con las suyas
una será de ellos. Ni mí alma con las suyas
una sea hasta que el Mahamanvantara (18)
se cumpla: que aunque a puntapiés de su puerta
me echen, mi alma les despreciará para siempre jamás.
----------------------
(1) Frase que se repite en el ensayo de Joyce sobre la «Catalina» de Visen.
(2) «Sabed que me considerarán
hermano auténtico de una compañía
que cantaba a la equivocación de la dulce Irlanda...»
W. B. Yeats: «Address to Ireland in the Coming Times». «Compañía de Mojigangas» se emplea como título despreciativo, aunque se refiere específicamente al Abbey Theatre, que fue reconocido en agosto de 1914. Patrocinado económicamente por Annie E. Horniman, presidido por Lady Augusta Gregory y dominado artísticamente por Yeats, se desarrolló gracias al anterior Irish National Theatre, donde todos los jóvenes escritores irlandeses, con la excepción de Joyce, tomaron parte de una forma u otra.
(3) Yeats.
(4) Lady Gregory y Miss Horniman y quizás Maud Gonne MacBride.
la vista, distante da las vacilaciones
de ese heterogéneo séquito, esas almas
que odian la fortaleza que la mía tiene,
acerada en la escuela del viejo Aquino.
Donde ellos se agacharon, se arrastraron y oraron
yo permanezco, destinado por mí mismo,
sin miedo, sin hermanarme, sin amigos y solo,
indiferente como espina de arenque, firme
como cordillera de montañas, donde
mis astas centellean al aire (17). Dejad
que sigan como hasta ahora, necesarios
son para mantener el equilibrio. Aunque
se esfuercen hasta la tumba mi espíritu
nunca será de ellos. Ni mi alma con las suyas
una será de ellos. Ni mí alma con las suyas
una sea hasta que el Mahamanvantara (18)
se cumpla: que aunque a puntapiés de su puerta
me echen, mi alma les despreciará para siempre jamás.
----------------------
(1) Frase que se repite en el ensayo de Joyce sobre la «Catalina» de Visen.
(2) «Sabed que me considerarán
hermano auténtico de una compañía
que cantaba a la equivocación de la dulce Irlanda...»
W. B. Yeats: «Address to Ireland in the Coming Times». «Compañía de Mojigangas» se emplea como título despreciativo, aunque se refiere específicamente al Abbey Theatre, que fue reconocido en agosto de 1914. Patrocinado económicamente por Annie E. Horniman, presidido por Lady Augusta Gregory y dominado artísticamente por Yeats, se desarrolló gracias al anterior Irish National Theatre, donde todos los jóvenes escritores irlandeses, con la excepción de Joyce, tomaron parte de una forma u otra.
(3) Yeats.
(4) Lady Gregory y Miss Horniman y quizás Maud Gonne MacBride.
(5) Alusión a las portadas con adornos impresos en oro de los libros que Yeats publicó en el último decenio del siglo pasado.
(6) John M. Synge.
(7) Oliver Gogarty.
(8) Padraic Colum.
(9) W. K. Magee («John Eglinton»).
(10)George Roberts, devoto seguidor de George Russell, a quien Russell se dirige como Joyce lo hace, en un poema.
(11) James S. Starkey («Seumas O´Sullivan»)
(12) George Russell.
(13) «Aunque tus pecados sean escarlatas, blancos serán como la lana», Isaías, I:18.
(14) Asistente del obispo, quien está al cargo del funcionamiento de la diócesis.
(15) «Dejando al "no osad" esperar por el "Quisiera" como el gato del refrán». Shakespeare: Macbeth, I, VII, 44-5.
(16) Satán, el héroe, el individuo, en este caso el mismo Joyce.
(17) «Era su fundamento y desdén les arrojó con astas centelleantes». Stephen Hero, p. 35. (18) El gran año hindú.
(6) John M. Synge.
(7) Oliver Gogarty.
(8) Padraic Colum.
(9) W. K. Magee («John Eglinton»).
(10)George Roberts, devoto seguidor de George Russell, a quien Russell se dirige como Joyce lo hace, en un poema.
(11) James S. Starkey («Seumas O´Sullivan»)
(12) George Russell.
(13) «Aunque tus pecados sean escarlatas, blancos serán como la lana», Isaías, I:18.
(14) Asistente del obispo, quien está al cargo del funcionamiento de la diócesis.
(15) «Dejando al "no osad" esperar por el "Quisiera" como el gato del refrán». Shakespeare: Macbeth, I, VII, 44-5.
(16) Satán, el héroe, el individuo, en este caso el mismo Joyce.
(17) «Era su fundamento y desdén les arrojó con astas centelleantes». Stephen Hero, p. 35. (18) El gran año hindú.
Poema de James Joyce
domingo, 4 de noviembre de 2012
analía de la fuente presenta su libro de poemas "trasbordos"...
(imagen de brooke shaden)
I
Hay una
hora sin nombre
entre
todas.
Una hora sin
tiempo
que danza
para nadie
en los
extremos del daño.
Es la hora
en que casa se derrumba.
Hay una
hora precisa, como de siesta en el trópico,
abrasadora, avasallante,
una hora de
minutos esbirros,
de segundos
infames.
A esas
horas hasta el lenguaje pierde el camino y
desanda mi
sangre
hacia
lúgubres, sádicas, ominosas preguntas,
que nacen
prolíficas de lo inalcanzable.
A esa hora
y su merced,
es que
hasta las palabras, su mundo y mi refugio me abandonan.
II
La lengua crea sus caminos de ausencia,
pide peras al olmo,
asegura
bajo siete llaves la trampa de la pena y sus pasos.
Transforma
rincones de orfandad y casas vacías
en la
trastienda de las dependencias,
donde todo
ocurre más allá del no, del quizá y sus histerias.
La lengua
se hace otra por las noches,
cuando
escribe su refugio,
huye del
miedo, lo hace olvido, eco que se va cantando bajo.
Quizá por las noches casa sea la boca que no
aprende a callar,
casa sea el grito que la boca elige para escribir
su historia.
Analía de la Fuente, CABA
de "Trasbordos", 2012
sábado, 3 de noviembre de 2012
Fotografía movida de Spíndola y su jerez volcado, por tani mellado
Jorge Spíndola es un poeta que asedia las cadencias de la oralidad y sus contrapunteos, flujos e interrupciones. Tiene su poesía, además, un dinamismo polifónico proveniente de las distintas voces de una mundaneidad cotidiana y honda. Quizás por esto su poesía se actualiza intensamente en sus lecturas, cuando se desgrana la voz, gotita a gota, como el agua de un río mientras llueve, vuelta sonido inseminado, burbuja que corre y resoplido. Dos o tres veces lo he escuchado leer Jerez volcado, partes de este poemario publicado en 2009, por la editorial El suri porfiado. Sus versos, en el aire, pero también en las páginas, son las nervaduras de las hojas de un árbol que camina y se emborracha memorioso de la experiencia y sus ecos. Las dos veces que lo oí estaba en Comodoro Rivadavia, una ciudad patagónica con varias ciudades superpuestas, itinerarios discontinuos y un cerro en el medio de variopintas desmemorias.
Jorge Spíndola es nacido en La Paloma, en un barrio de aquella ciudad que subterráneamente crece en sus poemas. Las estrellas de ese otro cielo miran desde abajo y centellean en el barrio y la infancia, aquella otra patria tan convocada en este libro. También desde abajo viene al amor que tiembla y habla una lengua rasgada, hecha de telas impares e idénticas al mismo tiempo.
Pero el Spíndola de este Jerez volcado ha volcado también de alguna forma, no como un auto desplomado en un mal ángulo, no como la lava que desciende impiadosa. El poeta ha volcado como un vino tinto espeso que no se precipita ni compensa otra sed sino que se curva para desprenderse de la horizontalidad. En Calles laterales, pero también en su anterior libro, Matame si no te sirvo, Spíndola nos devolvía la posibilidad de recorridos y trayectorias poco frecuentados, marginales, laterales. En sus poemas aparecían hombres y mujeres cuyos rostros y cuerpos no salían en las fotos y retratos celebratorios o conmemorativos de la historia oficial que toda ciudad y región tiene. En sus textos emergían zonas poco iluminadas por las bombillas eléctricas de la modernidad y sus grandes mitos. Sus textos andaban por la superficie como reptiles memoriosos a la sombra de la barbarie, su paisaje y lengua.
Pero, ahora que ha volcado, el poeta se derrama y lo que cae ya no viene con fuerza desde afuera. Ya no corre la mancha del verso por la superficie del mantel. El vino que se cae, este Jerez volcado, perfora la mesa, su madera, el suelo que la sostiene, todo lo que toca. El poeta ha encontrado la verticalidad y lo ha hecho en el mejor lugar, el intersticio, la frontera.
Por la polifonía inicialmente señalada, es difícil agrupar en una única descripción los rasgos de este libro, pero quiero señalar esta naciente verticalidad del volcado que no sólo va hacia abajo, tenue o resonante, gota de rocío desprendiéndose irremediable sobre el pastito o agua de tormenta que se amucha, sublevada, para aplastar la extensión de un mismo dueño. También cuando vuelca se nos va para arriba este poeta. Como las chapas en su recuerdo, vuela este poeta como brujo que es. Para arriba, con comba y a los combos se nos va a los cielos, peleando, resistiendo, dejándose volar, siendo volado. Le gustan los techos, como a ciertos suicidas, y saborea los ascensos sobre el viento este pájaro políglota que, en picada, baja hasta la cucha de los perros para ladrar con ellos como mariachi de luces.
El Spíndola de Jerez volcado no toca las cosas, las atraviesa. Nada en el aire, vuela en el suelo y camina volcado hacia el costado.
revuelto de zinc
una vuelta fuimos con mi tío a taparaujero en unas chapas
corría ese viento desgraciado sobre el mundo
ya sabes
una sola cortina de arena iba envolviendo la visión
había unos galpones gigantes de ypf
varados al borde de una playa
fragmentos de chapa en la memoria
ondulaciones de zinc brillando ahora
entre el párpado y la luz
no importa/
caminábamos con el tío por los techos
flotábamos y el viento
chiflaba por abajo como un loco
parecía que todo eso iba a volar
pisábamos siempre sobre la línea de clavos
con cuidado con cuidado como el tío me enseñó
clavos cabeza de plomo le voy a decir
malamente sujetaban el océano de chapas
flameaba la camisa
la bolsa de clavos se rajó
rodaban clavos por los techos
como astillas caían o volaban no se bien
de repente unos viejos de mameluco gris
de abajo nos gritaron con ternura
- dejen ese agujero y bajen a comer
mientras cuchareábamos en silencio
yo vi el alma de esos hombres
o capaz era un vapor
pero algo aéreo se alzaba de sus cuerpos
se ondulaba en la corriente
y escapaba
ahora tengo un solo revuelto de zinc en la memoria
un oleaje brillante de chapas que se mezcla con el mar
(a unos viejos obreros de ypf
al tío juan)
Nota de Luciana Mellado
viernes, 2 de noviembre de 2012
la dra. diana maffia habla sobre femicidio, en la mesa de la SEA, feria internacional del libro
(fotografía adela seguí)
Si mata no es amor
Texto leído el último 22 de
abril en la Feria del Libro. “Asesinadas en nombre del Amor: violencia de
género”, Mesa Redonda junto a Catalina Boccardo, Cristina
Civale y Naela Chohan (embajadora de Pakistán). Coordinación: Víctor Redondo.
Organizada por la SEA (Sociedad de Escritores y Escritoras de la
Argentina).
Por Diana Maffía (IIEGE –
UBA)
En la Cámara de Diputados de
la Nación se acaba de dar media sanción al proyecto de incorporar al código
penal la figura de “femicidio”, como efecto de la visibilidad de los crímenes de
mujeres que forma parte de la estrategia de incidencia política del feminismo.
Para que fuera posible mirar los asesinatos de mujeres de esta manera, hizo
falta dejar de naturalizar la violencia en las relaciones interpersonales como
exceso pasional, y a la vez dejar de ver estos casos como crímenes individuales
y percibir el patrón colectivo que los posibilita.
Cuando el psicoanálisis tradicional aplica a
las mujeres que sufren violencia la caracterización de “masoquistas”, las hacen
corresponsables como víctimas, poniendo énfasis en el vínculo como si fuera
patológico e involucrara a una pareja que se vuelve así “anormal”. Pero la
crítica feminista precisamente va a poner el foco en las estructuras de dominio
y de poder que hacen de toda mujer, por su mera condición de mujer, un sujeto
vulnerable a la violencia como reaseguro de la posesión y el sometimiento.
Las acciones de violencia sobre una mujer
pueden llevar a esa mujer a la muerte; pero las palabras para describir esa
violencia nos ponen en peligro a todas. El propio hecho de comunicar los
episodios de violencia extrema y los femicidios en los medios masivos de
comunicación tienen efectos paradojales. Ante las noticias difundidas, muchas
mujeres relatan que sufren amenazas de que les va a pasar lo mismo si no son
dóciles, o se minimizan sus quejas porque la violencia que sufren no es
comparable a la que toma estado publico, o los victimarios imitan como por
contagio los mecanismos violentos. Este es el caso, a partir del resonante
episodio del baterista de “Callejeros”, con la difusión de varones que prenden
fuego a las mujeres, episodios que se agudizan multiplicándose cuando son
difundidos. Imaginemos el efecto si además estos crímenes permanecen impunes. Su
difusión, lejos de darle recursos de advertencia a las posibles víctimas,
refuerzan la posición del victimario.
Sin embargo, el avance en las políticas
públicas contra la violencia, la aceptación del Estado del papel que le cabe en
garantizar la integridad de las mujeres como condición de su ciudadanía, comenzó
precisamente con un femicidio de gran repercusión: el asesinato de Alicia Muñiz
por parte de Carlos Monzón. El reconocimiento público de las figuras
involucradas le dio una trascendencia al hecho que pronto pasó a ser debate
sobre la violencia doméstica.
Recién a partir de este caso comenzaron a
crearse áreas de atención, y a apoyarse a las organizaciones de mujeres que
venían luchando contra este flagelo a través de grupos de autoayuda pero sin
recursos estatales como dispositivos de salud y de refugio. Mar del Plata, el
lugar donde había ocurrido este hecho, fue escenario también de otro
escalofriante episodio femicida: el asesinato de prostitutas que se atribuyó a
un inexistente “loco de la ruta”, pero que luego de una cuidadosa investigación
llevada adelante por un juez local, reveló la trama de corrupción policial,
judicial y política en la explotación de la prostitución.
¿Podríamos llamar a estos episodios
“femicidio”? Curiosamente, entre los agravantes que acaban de votar los
diputados y diputadas, figura el odio racial o la homofobia, pero la condición
de prostitución y trata de personas no figura. Evidentemente es costoso pensar
la prostitución como una forma de violencia, por eso el aliento oficial a
quienes hablan de “trabajo sexual”, ya que de esta forma el prostituyente, por
efecto de un eufemismo, se transforma en “cliente”, y el dinero de la
transacción elimina el gesto violento de transformar un cuerpo en
mercancía.
La ley de Trata, poco después de sancionada,
debió ser modificada por las duras críticas que recibió la pretensión de que si
la víctima tenía más de 18 años recayera sobre ella la exigencia de probar que
había sido engañada. Es decir, la ley presuponía que una persona da
consentimiento a su propia esclavitud sexual, si no demuestra lo contrario.
Además, las penas por engañar a una mujer para obligarla a ejercer la
prostitución tenían la mitad de la pena que merecía el delito de abigeato, el
robo de ganado. Es decir, para la ley, robar una vaca equivalía a prostituir a
dos mujeres. ¿Cuánto de la mala voluntad para legislar en los casos de trata,
para llamar por su nombre a los prostíbulos en lugar de encubrirlos como
wiskerías o cabarets, y para sancionar la explotación de la prostitución, tiene
su raíz en la impunidad construída para los prostituyentes y en la
naturalización del consumo de prostitución por los varones?
A fines del año pasado, otro hecho conmovió a
la opinión pública por su gravedad. Una adolescente de 19 años que se había
separado de su compañero con quien tenía un hijo pequeño, fue violada por él a
la salida de su trabajo. El hombre fue preso, y durante su cautiverio retomó el
vínculo con su ex mujer a la que prometió casarse para iniciar una convivencia
como familia. El fiscal consideró que era una estrategia para salir de la
cárcel, pero ella solicitó el recurso de “avenimiento” para que lo liberaran.
Quisiera detenerme unos minutos sobre este recurso, una rémora conservadora y
patriarcal en el contexto de un cambio legal muy relevante.
La violación era referida en el código penal
como un “delito contra la honestidad”. Claramente, el honor protegido era el de
la familia, lo que es decir el honor de quien posee a esa mujer
(paradigmáticamente, el padre). Ese honor se subsanaba si el violador consentía
casarse con la víctima, y entonces cesaba la causa penal contra él. Es más, tan
fuerte era la idea de “honestidad” como posesión, que una prostituta, por
ejemplo, no podía denunciar una violación; y cualquier mujer debía probar que
era “honesta” para que se iniciara la causa penal. Todavía ahora, ante una
denuncia y con el paradigma patriarcal bastante vigente a pesar de los cambios,
la mujer será indagada sobre su vestimenta, sus hábitos, los horarios y el lugar
por donde transitaba y si había trabado algún vínculo con el agresor
sexual.
En 1999 la figura se modificó. Los “delitos
contra la honestidad” pasaron a ser “delitos contra la integridad sexual”. El
bien protegido ya no era externo a la víctima, sino que se produjo una
revolución semiótica, poniendo a las mujeres, su integridad y autonomía como
bien tutelado por la ley. Sin embargo, este giro no fue fácil, y los
legisladores más conservadores, a propuesta del entonces diputado José Cafferata
Nores, exigieron mantener la figura del “avenimiento” o reconciliación como
condición para aprobar el cambio, si bien agregando aclaraciones sobre que éste
se hacía sin forzar la voluntad de la víctima, que libremente tomaba su
decisión.
Así el Código Penal estableció que en casos de
violación y cuando haya relaciones afectivas preexistentes entre víctima y
victimario, el tribunal puede excepcionalmente aceptar la propuesta de ella si
fue formulada libremente y en condiciones de igualdad y si considera que “es un
modo más equitativo de armonizar el conflicto con mejor resguardo del interés de
la víctima”. Y entonces se extingue la acción penal
¿Es concebible, en una trama de relaciones
sociales donde todavía las mujeres se encuentran en muchas formas de sujeción,
de dependencia y de sometimiento; después de un delito tan estigmatizante como
la violación, hablar de decisión libre por la cual la víctima decide retirar la
denuncia porque va a casarse con el violador? Sin embargo, la figura se
mantuvo.
En el caso que relatamos, Carla, la adolescente
violada por su ex pareja, solicita el avenimiento; y aunque un primer fallo
judicial rechazó el recurso ambos insistieron y el acuerdo fue avalado por el
Tribunal de Impugnación Penal de la provincia de La Pampa, que lo concedió en un
fallo dividido. Al segundo día de convivencia, el hombre la mató violentamente.
Los medios de comunicación se hicieron un festín con esta historia, ya que de
pequeña la muchacha había presenciado el asesinato de su madre en manos de su
padre. Pero lo verdaderamente grave del asunto es que profesionales que deberían
asegurar la atención adecuada de estos casos, argumentaran que la propia mujer
había sido responsable y se había buscado su propia muerte.
Un psicoanalista del Hospital Álvarez, Sergio
Zabalza, se pregunta en una nota en La Nación “¿ Qué lleva a una persona a
contraer un compromiso legal y afectivo con quien atropellara su honor e
intimidad?” pregunta que pone la agencia en la mujer. No se pregunta qué lleva a
un hombre a violar y luego matar a una mujer con la que ha convivido y con la
que tiene un hijo, sino qué la lleva a ella a amarlo. Y como respuesta escribe
(y permítanme una cita algo extensa):
Un peritaje psicológico advertía el estado de
shock en que se encontraba la víctima a causa de la agresión sufrida a manos del
violador. Pero tal diagnóstico no es suficiente para explicar la insensatez que
demuestra quien no está en condiciones de preservar su seguridad física y
psíquica .
El colapso psicológico puede arrojar un sujeto
a la cama durante semanas, precipitarlo en la depresión o en la perplejidad.
Pero no explica cuál es el resorte subjetivo que induce a una persona a volver a
padecer el mismo horror.
La observación apunta al corazón del
descubrimiento freudiano del inconciente, el masoquismo , por el cual un sujeto
goza más allá de lo que sus barreras éticas y estéticas están dispuestas a
tolerar. Esta condición erótica, a veces en franca oposición con la moral de la
persona, se cuece en el hervor de los primeros cuidados y se termina por sellar
en la adolescencia. Aquí el historial nos exime de mayores comentarios: cuando
Carla tenía pocos meses de vida, su padre había asesinado a su esposa y madre de
Carla.
Por eso, a veces las personas no sólo somos
víctimas de un agresor actualizado allí en carne y hueso (el cual deber ir a la
cárcel, por supuesto), sino también de nuestra propia condición erótica. La
violencia que se agita entre los miembros de las parejas y en el seno de las
familias hace más que recomendable que este rasgo tan singular de la condición
humana sea tenida en cuenta por la justicia . El ser humano es la única criatura
del planeta que vuelve a poner los dedos en el enchufe (1).
Entendamos bien: el psicoanalista invita a que
cuando la justicia juzgue al asesino, tome en cuenta que la víctima tenía una
inclinación propia a repetir una escena, que como masoquista buscaba. No me
canso de pensar qué llevó a este profesional de la salud mental a escribir esto
en un medio de comunicación masivo, qué estaba defendiendo, contra qué
malentendido estaba levantando el poder de su discurso autorizado.
Tan horroroso fue el efecto de este asesinato,
tan burda la disculpa de los jueces, que en veloz trámite parlamentario hace
unas semanas el Avenimiento fue derogado. Aquello que no era negociable se
negoció, aunque el precio fue una vida. La diputada feminista Marcela Rodríguez
venía presentando desde 2008 proyectos para derogar la vergonzosa figura del
Avenimiento, pero nunca fueron tratados y perdían estado parlamentario, debiendo
volver a ser presentados.
Natalia Gaitán, “la Pepa”, era una joven
lesbiana que fue asesinada por el padrastro de su novia, asesinada por no
esconder una forma de amor no legitimada por las formas silenciosas y opresivas
de la sexualidad hegemónica. El debate social sobre este crimen permitió
explicitar las formas violentas de conductas homofóbicas, lesbofóbicas y
transfóbicas que han terminado en crímenes de odio. Como sociedad hemos avanzado
con la ampliación de la ley de matrimonio, y hoy estamos discutiendo en el
Senado Nacional la ley de Identidad que recibió media sanción en Diputados en
noviembre del año pasado, y que impulsa formas de respeto y autonomía inéditas.
Pero como reacción a estos avances, recrudecen estas expresiones amenazantes que
exigen a los cuerpos y sexualidades disidentes que no se muestren y que no nos
interpelen.
Y como el nombre de esta mesa, “asesinadas en
nombre del amor”, me permitió ir mucho más allá del asesinato de una mujer en
manos de alguien a quien amó o que dice amarlas, quiero concluir hablando de
otras muertes que constituyen un femicidio silencioso: las muertes por abortos
inseguros.
La presunción de un instintivo amor maternal,
encubre el hecho de que por muchas razones las mujeres pueden tener embarazos no
deseados. Que no todo embarazo dispara en las mujeres un desborde amoroso que se
expresa en abnegación. Y por lo tanto, que no toda mujer está dispuesta a morir,
o a sufrir, o a ignorar la violencia de una violación, para continuar la
gestación de un embrión que sin ella no puede ser viable.
Los casos recientes de niñas de 10 u 11 años,
abusadas y embarazadas como consecuencia de ese abuso, a quienes ministros de
salud provinciales (como el ministro de Entre Ríos o el de Corrientes)
consideran perfectamente saludables para llevar adelante sus embarazos, y por lo
tanto niegan la interrupción solicitada por sus madres, ponen de relieve la
diferencia profunda entre un cuerpo en primera persona y en tercera persona. Un
hombre nunca será portador de un embarazo, su cuerpo nunca gestará una criatura,
por lo tanto la deliberación sobre el aborto nunca será en carne propia. Sin
embargo, desde sus lugares de poder obligarán a las mujeres y a las niñas a algo
inmoral: tener una conducta por encima de su propio deber y de sus propios
derechos, negarse para posibilitar otra vida, abnegarse.
El reciente fallo de la Corte Suprema pone
claridad sobre el alcance del artículo 86 del Código Penal, que en su inciso 2
dice que no será punible el aborto cuando el embarazo sea “producto de una
violación o de un atentado al pudor contra una mujer idiota o demente”. Este
inciso habla de dos casos: cuando una mujer sea forzada sexualmente, o cuando
esté imposibilitada de consentir la relación sexual por su condición mental. En
ninguno de los dos casos se la puede obligar a la posible consecuencia de un
acto no consentido, en este caso un embarazo, y por eso se autoriza la
interrupción en caso de que la mujer así lo decidiera.
Que su decisión sea obstruída por el médico, el
juez, el cura, el legislador, la corporación de abogados católicos, el ministro
y el gobernador, muestra la medida de la enajenación del cuerpo y la voluntad de
las mujeres. Que se clandestinicen abortos que son legales, tornándolos
inseguros y a veces mortales, es un crimen por omisión de parte del Estado. Que
algunos gobernadores hayan salido a desconocer un fallo de la Corte Suprema que
ampara el derecho a la salud, sin que el Ministerio de Salud de la Nación salga
de su mutismo, muestra que en la negociación del poder las mujeres somos la
moneda de cambio pero no los sujetos del pacto democrático.
El empeño puesto por la Campaña por el Aborto
Legal, Seguro y Gratuito (2) al presentar un proyecto de ley, avalado por
diputados y diputadas de distintos bloques que incluyen al oficialismo, tropieza
con la cerrada e incomprensible negativa de la Presidenta de la Nación a
habilitar el debate parlamentario, justificada en una desventura personal que
puede fundar una decisión individual pero de ninguna manera una barrera política
para todas las mujeres.
Dentro del marco de los derechos humanos,
Argentina ha adherido a los objetivos del milenio de Naciones Unidas. Uno de
esos objetivos es bajar la mortalidad materna para el 2015. Estamos muy lejos de
ese objetivo, y seguiremos incumpliéndolo porque la principal causa de muerte
materna es el aborto inseguro.
En noviembre de 2006, durante el Primer
Encuentro Nacional de Periodistas con Visión de Género, se conformó la Red PAR
(3), que lleva su identidad y su objetivo en el nombre: Periodistas de Argentina
en Red por una comunicación no sexista. Como oportuna intervención en la
comunicación muchas veces iatrogénica de la violencia, elaboraron un decálogo
para informar sobre los hechos que sugieren llamar “violencia de género”,
“violencia contra las mujeres” o “violencia machista”, desterrando el equívoco y
generalizado concepto de “crimen pasional”, y elaborando un manual que recuerda
las múltiples formas de violencia que soportan las mujeres por su mera condición
de género, que cuando resultan en muertes consideraremos femicidios. Así, además
de la visible violencia física destacan otras formas que debemos aprender a
percibir y valorar en su criminalidad: aislamiento y abuso social, abuso
ambiental, abuso económico, conductas de control y dominio, control por medio de
amenazas, abuso verbal y psicológico, violencia sexual, abuso emocional,
chantaje emocional, institucional, laboral. contra la libertad reproductiva,
obstétrica y finalmente mediática (4).
Intenté pues recorrer hasta aquí sólo unas
pocas, muy resonantes, de las muchas maneras en que las mujeres morimos
asesinadas. El desafío de cambiar este destino está en las relaciones humanas
pero también está en el lenguaje. Si duele, si lastima, si humilla, si sojuzga,
si mata, no lo llamemos amor.
(1) Sergio Zabalza “El doble
horror de Carla”, La Nación, 17/12/11.
(2)
www.abortolegalseguroygratuito.blogspot.com/ y
www.abortolegal.com.ar/
(3)
www.redpar.com.ar/
(4) Para bajar la edición del
manual
FUENTE
http://dmasi-mendoza.blogspot.com.ar/2012/04/si-mata-no-es-amor.html
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