maría giuffra, pintura
... el viernes 16 de julio se inauguró en la sede del psoe, la muestra de la artista maría giuffra, y como invitada ana adjiman.
con maría nos conocimos primeramente vía mails, por intermedio de ana, y lo cierto es que quería encontrarme con ella y también con sus pinturas que conocía sólo de haberlas visto en su web. días atrás, además, me había autorizado con mucha gentileza y generosidad, a incluirlas en la confección de unos power points para una charla.
maría es de complexión menuda y muy joven, pero su mirada es inquisitivamente profunda, y da la impresión de tener más edad.
con maría nos conocimos primeramente vía mails, por intermedio de ana, y lo cierto es que quería encontrarme con ella y también con sus pinturas que conocía sólo de haberlas visto en su web. días atrás, además, me había autorizado con mucha gentileza y generosidad, a incluirlas en la confección de unos power points para una charla.
maría es de complexión menuda y muy joven, pero su mirada es inquisitivamente profunda, y da la impresión de tener más edad.
finalmente en esta ocasión, pudimos hablar un ratito sobre la importancia de continuar dando a conocer la temática de violación de derechos humanos bajo la última dictadura.
la huellas que la violación de derechos humanos aró en los hijos de desaparecidos, están en esos cuadros. y me inquieta que no haya sido más multitudinaria la muestra, si bien había bastante gente. aunque desconozco los posibles motivos. nunca se termina de saber si el frío helado de un viernes antes del receso escolar y tribunalicio, y el comienzo de unas cortas vacaciones para algunos. o la difusión del espacio. o esa oscuridad que viene adormeciéndonos desde hace décadas, no nos permite el intento de asumir aquello terrible sucedido a todos y a todas.
alguno somos adolescentes de esa dictadura, generación que debiera aún pronunciar algo como tal (las edades de los concurrentes, en líneas generales, no superaba los treinta y pico).
la huellas que la violación de derechos humanos aró en los hijos de desaparecidos, están en esos cuadros. y me inquieta que no haya sido más multitudinaria la muestra, si bien había bastante gente. aunque desconozco los posibles motivos. nunca se termina de saber si el frío helado de un viernes antes del receso escolar y tribunalicio, y el comienzo de unas cortas vacaciones para algunos. o la difusión del espacio. o esa oscuridad que viene adormeciéndonos desde hace décadas, no nos permite el intento de asumir aquello terrible sucedido a todos y a todas.
alguno somos adolescentes de esa dictadura, generación que debiera aún pronunciar algo como tal (las edades de los concurrentes, en líneas generales, no superaba los treinta y pico).
el terror se halla todavía agazapado en forma de olvidos y de negación. por mi parte, durante años no podía pronunciar algunas palabras como "comunista", para citar una, que si no fuera por su dramatismo sería casi cómico visto desde ópticas actuales. la terapia me permitió hacerlo en algún espacio. luego, se posibilitó asumir una postura respecto al tema en la vida cotidiana. y el arte, que nos permite la expresión de nuestras propias emociones escondidas, y el relato del inconsciente colectivo. nos humaniza a puntos tal de no permitir la conversión en seres sin memoria y así, entonces, el camino de la elaboración social de lo incomprensible como las torturas sistematizadas, la desaparición, saqueos de las viviendas. la crueldad de la muerte arrojando desde aviones a personas vivas al río. el secuestro de niños y niñas. la violación de su identidad. desde el propio estado. un estado con el deber de garantizar la dignidad de sus habitantes y el pleno ejercicio de todos sus derechos y el acceso a un juicio justo. el daño provocado a los habitantes de este país ha sido inconmensurable.
también la obturación de las imágenes de los actos perversos... porque éstos se realizaban en la clandestinidad para que el mundo no viera a los homicidas y torturadores en su accionar. la impunidad, que ahora cuesta a los jueces probos desnudar. al igual que a la complicidad de tantos. se encargaron muy particularmente de destrozar los ojos de diferentes generaciones. de causar terror para que nadie se atreviera a retomar el lente por el cual mirarse como sujetos, en su individualidad y en su ser comunitario. y basta que un testigo desaparezca en democracia para que sintamos miedo como si el tiempo no hubiera pasado nunca.
emociona ver cómo, a pesar del dolor personal, algunos jovenes deciden contar la historia, su historia, de modos bellamente pacíficos. quizá esas imágenes nos permita la reubicación de palabras precisas en nuestra memoria.
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