"El pensamiento claro no nos basta, nos da un mundo usado hasta el agotamiento. Lo que es claro es lo que nos es inmediatamente accesible, pero lo inmediatamente accesible es la simple apariencia de la vida." antonin artaud.

sábado, 5 de mayo de 2012

poesía de ariel williams, la falta de habla




6
mujeres atando bolsas, haciéndoles nudos gruesos:
de golpe se acuerdan de algo
el anciano cuelga su bicicleta embarrada
en la pared de la cocina
de qué
hombre que vaga por los alrededores
hasta bien anochecido
hombre enterrado hace años bajo una quinta
de choclos: por su osamenta pasaron las sombras
y los olores
y una cara
hombre que vaga en bicicleta
mujeres que cuelgan bolsas en la pared
de la cocina
de qué se acordaron
caras como sombras sonrientes
pasamos por superficies de huesos
pasamos sobre platos pisos camas pasto
las naranjas cuelgan como gritos
anaranjados redondos, de una pared
en un patio
en el atardecer

8
todos nos detenemos en algún momento,
y somos ocultados
con caras cenicientas
los jóvenes que se despiden son invitados
a dar otra visita
como una chica parándose en medio del patio
a mirar cómo pasa una nube
con la forma de su madre, que no está
hay gente que se levanta de golpe
y mira con recelo la silla
en la que estaba sentada
caminaremos en silencio, dijeron
comen en silencio sus papas, sus caballos
las bolsas cuelgan en silencio de las paredes
de las cocinas
los vasos, en las mesadas de las cocinas
los sacos, en los percheros
los jóvenes son invitados a detenerse y contemplar
en silencio
la forma de su madre
en la que estaban sentados

9
a Agustina

alejarse de la casa en que una niña
salta a la soga
invitados a estar una vez más sobre la tierra
curva
el horario de los colectivos, cambiando
la hora de la cena en la cocina, siguiendo
el hacer jugo de manzanas o peras, continuando
somos caras que pasan circunstancialmente
por delicados huesos anónimos
caras que pasan por otras caras, sonrisas
debajo de los árboles
como el hombre y su hijo, alejarse
de la casa en que una niña salta a la soga
las bolsas de nylon crujen, prendidas
de los alambrados
los guanacos amarillos o rojos pasan como sombras
por el cañadón blanquecino
el colectivo avanza, sombra amarilla, en el calor
de la avenida vacía
la niña salta a la soga y
se repite

11
los novios en la boda, azules por los nervios
una camioneta blanca, pasando cerca de la fiesta,
levantando tierra
una bandada de patos, en forma de v, volando
por sobre la fiesta, levantando voces roncas
los chicos de trajes negros, en corros,
en la plaza rodeada de luces, con puros
en los bolsillos de sus sacos
el anciano haciendo el nudo de su corbata,
descolgando la bicicleta de la pared
de la cocina
no siempre somos los mismos, no siempre
estamos ahí
el grupo redondo de viejos con las gorras
o boinas en sus manos rojas, con pasto
en sus pulóveres
el círculo de ancianos llorando, con puros
en los bolsillos de sus sacos
el grupo de novios verdes recostados
en la vereda, en rueda
no siempre somos los mismos, no siempre
estamos ahí

13
descargando cajas en los corralones, con el último
sol de la tarde
encendiendo los tubos fluorescentes en los galpones,
en las cocinas, las lámparas de las piezas
y de la calle
volviendo el ojo hacia adentro en un automóvil detenido
y recordando la tristeza
pensando en lo hecho y en lo que se hará
o habrá que hacer, mientras
se riega el jardín o se corta carne
bañando a los hijos o a los cuerpos
de los hijos, al compás de sus voces,
gritos y risas
cerrando las canillas
cerrando las hornallas
frente a una ventana oscura,
mirando hacia lo que se dice “adentro”
y trayendo nuevamente la tristeza
abriendo una botella de vino
fumando un cigarrillo
besando a la novia
mientras el cielo
se hunde
en la
sombra

16
de dónde vamos a sacar las fuerzas necesarias
los hombres sentados al borde de la ruta
con sus palas corazón de mangos largos
cruza el aire la flota de aviones
que calla los ruidos de la mente
los pulóveres de mangas largas son demasiado
pesados
en Trelew no hay hospital de tuberculosos
en Trelew no hay hospitales de me – cuesta – respirar
en invierno los pájaros huyen
pasa un tractor a la madrugada, qué hace un tractor
tan tarde
y tan temprano
qué vamos a hacer con el cansancio
al atardecer salen las chicas de los comercios
a fumar en la vereda
cruza la avenida una caravana de coches de no – pienso
el viento trae piedras a la madrugada
alguien lame una herida en un patio
un hombre con brazos de manguera
demasiado pesados
para él

20
¿qué quiere decir “hoy comemos fideos”?
un hombre con insomnio, sentado a la mesa
de la cocina, con la luz encendida, la cabeza apoyada en la mano, mirando
a la nada
la mujer sentada ante el escritorio observa
sus dedos, sus uñas, con detenimiento
hombres con lenguas mordidas
hombres con espaldas torcidas
hombres fumando, bebiendo, conduciendo autos, por la ruta,
con los ojos en blanco
el insomnio es ese lenguaje que no puedo
soñar
I have a dream
pero el proceso, ah ese proceso
¿qué quiere decir “hoymesaquéunseis”?
¿cómo duermen los que no tienen ojos?
hablamos con una lengua mordida
despertamos con un dolor en el costado
de la lengua, sin saber o imaginar
cómo y quién nos la mordimos
¿cómo despiertan los que no tienen ojos?
labios leporinos
un ciervo pasa frente al coche como un relámpago
alguien falla en lo que quiso decir
frenar, frenar
no hay forma de hacerlo
y vamos derecho hacia un agujero
dije lo que no dije
no dije lo que quise decir
un ganso se cruza frente al bote como un refucilo
el hombre de las medias largas no vendrá
la mujer de piernas largas lampiñas no acudirá
hay un oso de ojos de caramelo blando
sentado al borde del canal, astronauta
de qué planetas y espacios
de tristeza


II

1
mujer con manos de acelga, escondida
en la nada de los días

señora con abrigo en las luces

sabrá dormir
descansará al amanecer

turbio silencio del sol rojo de los pájaros caídos

nena de ojos dibujados que mira
por una ventana
hacia el invierno alto como el humo de un fuego

abertura en el plástico, cuando arde,
el silencio final de las bolsas de polietileno

muchachas escondidas en sí mismas, pensativas

ya no crujen, no dicen nada como ese ruido seco
cuando están enganchadas en los alambrados

en el fondo de las luces rojas, huyeron
las manos de un pensamiento

4
frentes pálidas, cansadas, aburridas,
arrugándose alisándose

el modo en que descansan hombres gordos
apoyados en las puertas de galpones

un globo rojo de visita en una casa:
viene a reventarse

viento – fuego que pasa a través de niños
dormidos

noche helada

mujer caminando cerca, pasos, tacos,
cuero sobre baldosas

por un sol de cartulina.
Sol hecho

5
mirar por una ventana, ya no se hace

preguntarle a una piedra a dónde va,
cómo andará
ya no se hizo

todos están agujereados, la gente

cuántos días pasan por ahí, el círculo
de los días del cansancio

tener un cuerpo y llevarlo debajo de un espacio
tan enorme

el día de los pensamientos del ciclista
la noche de los pensamientos de las niñas que llegaron

cuerpos temblorosos después de correr
el sol está roto
así: “el sol está roto”

6
hombre muerto de hambre, recostado
en el piso de la calle

tres muñecos con caras verde – perladas de visita
una tarde

con manos de fiebre corta el encargado
la carne azulada del día

el hombre de la muerte sabe que sus lápices
no escriben

tantos automóviles atravesando como a tientas
la luz negra de la desaparición
de las muchachas

8
trabajadores de pala de domingos
en terraplenes, en calles,
costaneras,
con un vino en el bolso debajo de los buzos

ojos hundidos en un cielo tan hermoso
aire

enterrando corazones en el centro
de unos pechos, muy adentro
en el interior frío de la tierra,
viento afuera

en el fondo de los galpones también
duerme gente, cercada
por las arañas salvajes

incluso en el viento alto viajan
ojos sorprendidos, compañeros
de nubes, aviones, muertos, papeles, pajarracos

9
entre los que toman sopa alrededor
de un fuego

entre los que miran para arriba y ven estrellas
sin decir ah

las ancianas pasaban a la mañana, lentas
como aviones desolados

regamos temprano, del agua sale vapor,
de noche nos sentamos en la vereda a ver pasar
las luces

primer sueño de una vieja: “los niños rosados
de masa me salían de entre las piernas”

caravana de niños – fuego
caravana de niños – suicidas
caravana de niños - espejos




Ariel Williams, de 'La falta de habla", inédito, 2006

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