"El pensamiento claro no nos basta, nos da un mundo usado hasta el agotamiento. Lo que es claro es lo que nos es inmediatamente accesible, pero lo inmediatamente accesible es la simple apariencia de la vida." antonin artaud.

martes, 6 de septiembre de 2011

la mudez de la crítica ante la poesía...

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La mudez de la crítica ante la poesía




La naturaleza aborrece el vacío, sostenían los aristotélicos, intentando explicar de alguna manera que aquello que está preñado de vacío o que simplemente lo sugiere ,nos enfrenta a un vértigo indescriptible, a un sin sentido, una ausencia plena. Algo que deberemos llenar nosotros mismos. Así mismo, aquello, que aún no estando vacío pero que no tiene un sentido único, que es abierto y polisémico se nos aparece como vacío, aunque no lo esté.

Algo de eso sucede al crítico ante un poema, todos nos sentimos un poco estúpidos explicando un poema, siempre “nos quedamos cortos” , decimos menos de lo que nos sugiere, y pese a que un poema, está, entre otras cosas, poblado de palabras, muchos se encuentran ante él deshabitados de palabras. Es así que a la manera de cartógrafos antiguos, que ante lo desconocido pintaban monstruos utópicos, paraísos o infiernos desbordantes, algunos críticos (no todos) acuden a su cajón de sastre de teorías y repueblan el poema de estructuralismos, postestructuralismos, formalismos y hermenéuticas varias. Finalmente y ante el fárrago de caer dentro del cajón teórico (y que alguien cierre la tapa de un manotazo) terminan hablando en el poema variadas voces, citas de autoridad muy rimbombantes, menos el crítico, termina hablando todo el mundo.

Voy a cometer otro estropicio, voy a aplicar algunos conceptos teóricos que se escribieron pensando en la música, para aplicarlos a pensar la lírica (no están tan lejos finalmente), pero pienso en Deleuze y Guattari y su ensayo “Del ritornello”. Pensar “territorio” sin pensar en la materialidad de un territorio representado por un mapa, puede ser dificil, no obstante haremos el intento; vamos a pensar en ritmos y territorios sin convertirlos en líneas trazadas en un mapa, vamos a pensar en intensidades, en flujos interdimensionales, intentaremos pensar en una tercera dimensión (por lo menos) para entender el fenómeno. Tener en la cabeza, llegado el caso, la escritura crítica requiere una versatilidad para moverse en varios planos a la vez. No siempre la escritura académica se puede permitir esas libertades, no siempre puede romper esos formatos de “citas de autoridad” y “notas al pie”, un poema es un concierto ilimitado de voces, y un infinito de notas al pie, es la nota al pie de la nota al pie. Como ellos (Deleuze y Guattari) dicen “los etólogos tienen una gran ventaja sobre los etnólogos: no han caido en el peligro estructural que divide un “terreno” en formas de parentesco, de política, de economía, de mito, etc”, en definitiva, al no caer los etólogos en el método de los etnólogos, no caen en la lógica moderna del “olvido de la territorialidad”, y por consecuencia, del factor instintivo, de ese suelo previo de la lucha por la supervivencia, donde el superviviente es el que canta su mejor melodía, la más eficiente, la más adecuada. Por eso los que no son “silenciados” por la poesía son, precisamente, los poetas; los poetas hacen crítica (o suelen hacerlo)y además suelen hacerla bien, aunque sean académicos (incluso mejor si lo son) por que conocen las madrigueras por donde el conejo corta caminos para el “pequeño retorno”1.

Pero veamos qué es lo que hace el poema con su crítico.

El poema es un artefacto, los críticos deben desmontar un poema como un relojero desmonta un reloj, con sus engranajes y sus ancoritas, sus diminutos diamantes.. pero el ritmo, el ritmo del tic tac, el ritmo termina llevando la cabeza, el poema, el sentido, para otro lado.

El poema es un escalador trepando a una montaña, buscando la cima porque allí, donde el oxígeno escasea, donde el sol impregna como nunca, allí estará eso tan ubicuo, tan relativo, tan innecesario como la interpretación. El poema es un salvaje indomable y no habrá discurso que lo meta en cintura. Potro bravío se irá, ni bien pensemos que lo hemos sujetado. Y no debemos olvidar que un libro se compone de muchos poemas, que en los mejores casos no están reunidos de un modo simple, o como fueron cayendo; que obedecen a la lógica creativa de su autor, una lógica que existe, persiste e insiste por mucho que el autor no lo tenga manifiesto. Para entonces de los potros sólo ha quedado esa nube de polvo flotando, a lo lejos.

Es por eso que a veces en los congresos, encuentros y lugares donde la gente se reúne, más o menos académicamente para celebrar cuestiones literarias, cada vez menos ponencias hablan de poesía. En la misma universidad, en las literaturas se prefiere trabajar con narrativa, novela, cuento, cuanto mucho, teatro. Y ni hablar de escuelas primarias y secundarias donde la literatura es un bien cada vez más escaso, y la poesía no se ve ni de lejos, y si se da, está dada de una manera tan poco creativa que es un milagro verdadero que un joven se acerque a la poesía de forma espontánea, con tantos prejuicios que le inculcan; aunque los milagros aún existen y algunos jóvenes que leen sortean todos esos obstáculos para disfrutar la poesía, por suerte.

Muchos de los que escribimos poesía hacemos crítica literaria, escribimos prólogos, reseñas, notas de opinión, en fin...muchos nos hemos asomado a esa terra incognita, a veces temerosos, dudosos, pero fascinados sin embargo y sin remedio, ante eso que nos interpela.

Muchos se preguntan por qué es Patagonia tierra de poetas, y sobre todo de poetas de tan variados registros, tonos y ritmos; como una increíble fauna los estilos de los poetas patagónicos se saltan los movimientos, las escuelas y todo lo conocido con que quieren domesticar la salvaje voz del verso, pero es el ambiente ideal, un territorio donde los espacios amplios dominan, la variedad de ambientes, y donde los grifos cartografiados en los golfos y bahías nadan sueltos de cuerpo en el imaginario actual, donde se ocultan rastros del pasado imaginario, con monstruos quizás distintos, o con otros fantasmas.



Claudia Elisabet Sastre- idus de septiembre 2011



1-Ritornello- pequeño retorno, término tomado a la música, utilizado por Deleuze y Guattari en el libro Mil Mesetas- Pretextos- 1997, Barcelona. En el ensayo lo aplican a los sonidos e imágenes que usan los animales para su expresar, o hacer más eficiente su territorialidad



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