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LE ENTREGO MI NOMBRE A LA VIDA QUE SUBE
Detrás de estos juegos de inteligencia
detrás de nosotros, que estamos en lo que podemos,
que sólo manejamos vasos al borde de la lluvia
vinos amicales,
las fosforecencias del mar tienen su nombre,
queyo sólo puedo decir a través de ojos lánguidos,
sonrisas tristes mi amor desvastado.
Tan pobres que éramos,
y ahora los que vienen de Cuba, los que van hacia Cuba,
entran en mi lenta ternura de mujer que vive junto a un río
hacen insoportable nuestra miseria.
EL PAÍS MITOLÓGICO
Desde sus cuatros clavos las fotos de la pared dicen
del otro lado del mar nuestros huesos se deshacen,
del otro lado del mar hay flores rojas sobre ciertas tumbas
y silencio, rabioso silencio sobre otras
de este lado del mar;
en este hermoso mitológico país y casi nuestro
los rebeldes oficiales contemplan
sus balazos en la espalda,
sus fotos autorizadas;
las mejores vidas que me rodean pierden la forma,
a los rebeldes oficiales no les gustan ni las rabias ni las
tristezas;
los muertos que no olvidamos los irritan en particular,
pero qué se le va a hacer;
dando pruebas de faltas de respeto
nuestros huesos se mueven amparados por su furia,
suelen decirse no estamos muertos.
juana bignozzi, nacida en buenos aires, en 1937
de "mujer de cierto orden", 1967, antología "la ley tu ley",
juana hidalgo editora, 2000
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