La sombra De algún modo soy tu cuerpo, Me designo en él, me quema En la mentira útil como un remo, En la desgracia y la amorosa lucha Abriendo Los huecos de su máscara. Pero no me lo permitas, No me dejes ser sólo tu cuerpo. De algún modo soy tu cuerpo, Cuando la rica, inexplicable sangre, Transcurre en medio de representaciones. Y lo seré hasta que cenizas Acaricien tu prestada, última parcela. Pero no me lo permitas, No me dejes ser sólo tu cuerpo. De algún modo soy tu cuerpo, La opresión que difunde me sostiene, Y no en otro descienden las palabras, Urde la disculpa el vejado sermón Por nuestras pasadas facciones. Pero no me lo permitas, No me dejes ser sólo tu cuerpo. De algún modo soy tu cuerpo Y si en atención a su dañina mengua Me cuido bien de mirarlo como esencia, ¿Con qué prodigio, incisivo milagro, Percibiré tu pasión cuando lo excluya? Pero no me lo permitas, No me dejes ser sólo tu cuerpo. |
El poema como idea de la poesía Que la finalidad sea provocar el sentimiento de las palabras, y alcanzar el desafío de la expresión, perseguir objetos que se ajustan al sentimiento, hundirse en objetos hasta la emoción adecuada, está probado, y tanto, probado y probado, como no lo está el que en esos tránsitos la tendencia madre sea por dónde va la inspiración, «si en frío o en caliente», y no lo está que haya que seguir a Homero entre las Musas, su rogar que lo asistan, y a Platón saludando hermosos versos más en mediocres pero iluminados que en sagaces y hábiles exclusivamente al amparo de sus propias fuerzas, y a Dante, el reclamar la intervención de dioses acaso sin creer en ellos: O buono Apollo, all'ultimo lavoro fammi del tuo valor... Pero tampoco ninguna terminante prueba hacia lo opuesto, que el poema se conduzca en la mente como un experimento en una ciencia natural, y que la aptitud combinatoria de la mente sea la solo inspiración reconocible. (de "El motivo es el poema", Sudamericana 1976) |
extraídos del libro "Noventa y nueve poemas", selección de poemas de Alberto Girri por María Kodama. Publicado por Alianza Tres, 1988. ©
FUENTE: http://www.literatura.org/Girri/AG.90.html
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