Reseña de Bailar de Catalina Boccardo por Alicia Silva Rey. Publicada en La Guacha, Revista Nacional de Poesía N° 54 en Buenos Aires el 15/11/22.
1- Para leer BAILAR, situarse como una puérpera ante el atril del libro. La puérpera danzante irá siendo atravesada en su cuerpo por sucesivos partos: la voz de BAILAR es la de una perra del BUTOH. La perra, Victoria, es una desgarradura en el histero textual. Histero, elemento radical sólo usado en palabras compuestas. La desgarradura del elemento radical se despliega para devenir lengua en la boca de una matriz política.
En
el siglo XXI se escriben pocos poemas tan políticos como BAILAR.
Pasen
y vean.
2-
Creo que Catalina ha dado con un registro propio aún inclasificable. Registro
como integridad rítmica, auditiva, semántica: registro como lengua.
Habría
que permitirse decir que Boccardo ha dado a luz una célula madre de ave o vaca
alada o cyborg de espesura.
3-
Nada más travestido que la puérpera que danza.
BAILAR
es el poema del devenir otro, otra, otre.
Una
revuelta molecular en la escena del crimen: la perra del butoh.
Un
physique du rôle que se transfigura sin efectos especiales:
Kazuo
Onho;
la
voz de Tadashi: “sin hablar, sin hablar” como si escandiera su cuerpo en el de
cada danzante;
Hiroshima;
Nawasaki;
incrustaciones
en “la pared de un templo que nunca alcanzaremos a ver”;
estallamientos
de “bailarines furtivos” después de Fukushima: “por un agujero /respirás
/entrecortado / extendés/tus pobres miembros / en súplica /in crescendo
/lográs
el salto /un impulso de / catástrofe orificial /de escupitajo / vómito
/defecación /eyaculás / te arrojás / hacia formas vacías…”;
Pina
Bausch;
Macbeth
por Julio Bocca;
Iris
Scaccheri;
el
cisne;
otro
cisne;
el
gran, gran final con Maya Plisétskaya.
4-
BAILAR se escande en cuatro partes: Butoh, Arte degenerado, Cisne sobre la herida,
La perra del Butoh.
Ninguno
de esos títulos es inocente. Hay un corpus, un cuerpa, una cuerpo: los espasmos
dolorosos que la lengua de nuestro advenimiento al mundo registra como lenguaje
materno.
Leer
BAILAR no es coser y cantar. Pero coser y cantar jamás ha sido fácil
En
las últimas páginas están las NOTAS que, de leerse juntas, operan al modo de
écfrasis retórico- poética, la aldaba que golpea altas puertas. El recorrido
lector propio siempre es la tolerancia del cuerpo a la espesura.
5-
Las cuerpas
“(todas
somos hermanas) mis llagas en los pies sangran por fricción, por historia. No
puedo seguirte a veces, con las demás, aquí, en el malestar colectivo, las
violaciones grupales, perversidad cíclica y mortal. Siglo feminista y aun del burka,
de una ley que vende en matrimonio a las niñas. Vociferamos y no importa. Con
nuestro armamento vamos a guerras que no empezamos, de las manos como las
kurdas, sin una pierna activa, ciegas de dolor. O perdemos los senos por el
cáncer, se nos cae el pelo, nos hacemos viejas rápido en los prostíbulos de
Occidente, enloquecidas bajo la piedra institucional”. (Fragmento de BAILAR).
6-
Este libro está diseñado con nuestros huesos puérperos en un jardín de cenizas
radiactivas.
Tramado
con nuestros ganglios, nuestros músculos, nuestros ojos incrustados de pátinas
seculares y desprendimientos de retinas.
Ojos
ortopédicos precisaríamos al caer en la cuenta de que
“los
trabajadores de la danza / tienen un pie casi en la garganta”.
Pasen
y lean.
Mi lectura
no reniega de sus visibles ligaduras con BAILAR
Alicia
Silva Rey
Bailar
/ Catalina Boccardo. — Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Griselda García Editora
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